Parece que las marcas japonesas no están muy de acuerdo con la corriente actual de ´downsizing´ -que consiste en utilizar motores de menor cilindrada, generalmente con turbo, para reducir el consumo y las emisiones de CO2-. Primero fue Mazda la que, con su familia de motores Skyactiv, desafió las últimas tendencias del mercado. Y ahora es Toyota la que anuncia su rebelión contra esta moda con el anuncio del nuevo motor del Toyota Yaris, un bloque gasolina de 1.5 litros y 111 CV de potencia que sustituye al anterior, de 1.3 litros y 100 CV.
Este nuevo propulsor es, como su antecesor, atmosférico -sin turboalimentación-, y además de sus 111 CV desarrolla un par máximo de 136 Nm a 4.400 rpm, si bien a partir de las 2.000 rpm está disponible en una gran proporción -118 Nm-. Llega con ciertas mejoras prestacionales, ya que permite al Yaris acelerar de 0 a 100 km/h en 11 segundos -mejorando la anterior marca en 0,8 segundos- y recuperar de 80 a 120 km/h en 17,6 segundos -en vez de en 18,8 segundos, tiempo conseguido por su antecesor de 1.3 litros-. De igual modo, esta mecánica reduce en un 12% el consumo de combustible de su predecesor.
Pero, ¿cómo es?
De nuevo se establece una comparación con Mazda, ya que Toyota también utiliza en este motor una elevada relación de compresión -13,5:1-. Asimismo, ha implantado un nuevo sistema de reglaje variable de válvulas con el que puede pasar instantáneamente del ciclo Otto al ciclo Atkinson. Todo ello le permite ofrecer una eficiencia térmica del 38,5%, dato cercano al 40% prometido en este sentido por Hyundai en referencia al motor de combustión del Ioniq. Por último, el consumo de combustible y las emisiones contaminantes han sufrido un descenso gracias a un colector de escape refrigerado por agua.
