259 personas fallecieron en 236 accidentes mortales en julio y agosto

Suponen 34 víctimas mortales -un 15%- más que en 2017. El 76% de los fallecimientos ha tenido lugar en carreteras convencionales y el director de la DGT, Pere Navarro, tiene claro que "si queremos avanzar en Seguridad Vial, habrá que aumentar el número de radares".


Los datos de siniestralidad vial del pasado verano «no son buenos», ha reconocido el director de la DGT, Pere Navarro, en Madrid, durante la presentación del Balance de Siniestralidad Vial 2018. Durante los pasados meses de julio y agosto fallecieron, en accidentes de tráfico en vías interurbanas en nuestro país 259 personas, como resultado de 236 accidentes mortales. Estas cifras suponen un aumento de 34 fallecidos en carretera respecto a 2017, o lo que es lo mismo, un crecimiento de la mortalidad del 15%.

En concreto, durante julio fallecieron en las carreteras españolas 127 personas -6 más que en el mismo mes del año pasado-, mientras que en agosto el número de fallecidos ascendió a 132, 28 más que en agosto de 2017. En cuanto a los heridos hospitalizados a raíz de accidentes de tráfico, en julio hubo 491 y, en agosto, 413.

Como ha indicado el mismo Navarro, estas malas cifras de mortalidad «no son ninguna sorpresa debido a la actual tendencia» y es que, por ejemplo, hasta el 31 de agosto, las cifras de víctimas mortales en accidentes de tráfico alcanzan los 799 personas, 24 más que en el mismo periodo del año anterior.

Reducir la velocidad, más radares y cambios en el diseño de las carreteras como posibles soluciones

El 76% de las víctimas de tráfico de este verano han perdido la vida en carreteras secundarias, algo «lógico», según Navarro ya que «las autovías y autopistas tienen muchas más medidas de seguridad». En cuanto a las causas, el 37% de las víctimas en las carreteras secundarias fallecieron a causas de salidas de vía, mientras que un 29% lo hizo en colisiones frontales y un 15% en choques laterales y frontolaterales. Cabe destacar que, de los accidentes mortales por salidas de vía, según datos de la DGT, el 51% se produjeron debido a un exceso de velocidad, mientras que el 47% tuvieron que ver con la ingesta de alcohol y, el 34%, con distracciones. Según el propio Navarro, estos datos indican «dónde debemos centrar los esfuerzos» de la DGT.

Así, por ejemplo y para luchar contra el exceso de velocidad en las carreteras comarcales, propone una reducción del límite en dichas vías: «un tema sobre el que hemos abierto debate y que la DGT tiene en la agenda». Y ha puesto como ejemplo el hecho de que, el pasado 1 de julio Francia redujo a 80 km/h el límite en sus carreteras convencionales… y la cifra de muertos en estas vías en el país vecino ha comenzado a descender de inmediato. Así, también ha presentado datos según los cuáles España, con 100 km/h está entre los países de la UE con mayor límite de velocidad en estas vías -junto con Austria, Alemania, Irlanda, Polonia o Rumanía-.

Límite genérico en carreteras convencionales en Europa

De igual forma, ha presentado datos sobre la cifra de radares presentes en algunos países europeos? muy superior a la de España. Por ejemplo, si España la DGT cuenta con 905 cinemómetros –entre fijos, móviles y de tramo; ojo no computa los operados por el Servei Catalá de Transit y por el órgano de Tráfico del País Vasco-, Francia dispone de 3.953 y el Reino Unido, de ¡7.200! Y es que Navarro ha sido claro: «si queremos avanzar en Seguridad Vial, habrá que aumentar el número de radares», ha indicado para justificar un posible aumento de número de radares en los próximos meses.

Número de cinemómetros en países seleccionados (2015)

Por otro lado, Navarro ha indicado que, frente a otros países «que ya trabajan esta solución», en España «todavía tenemos mucho camino que recorrer en cuanto al diseño de las carreteras secundarias», siempre aplicado a la reducción de la siniestralidad. Ha citado como posibles ejemplos el «estrechamiento de los carriles» -que genera en los conductores una reducción instintiva de velocidad-, el pintado «no de una línea, sino de dos con un enrejado en medio», lo que ayudaría a que los vehículos no invadieran el carril contrario; o el mantener los laterales de los carriles «limpios», con lo que muchas salidas de la vía «se quedarían en sustos, pero no causarían víctimas».

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