Son cientos los radares que vigilan cada día que se cumplan las normas de seguridad vial. Dependiendo de su función, los radares de la DGT pueden detectar si tu coche circula en exceso de velocidad, saber si llevamos puesto el cinturón de seguridad, o incluso si estamos haciendo uso del teléfono móvil, una infracción cada vez más castigada. Y llevar detectores de radar está completamente prohibido: la sanción solo por llevarlo en el coche es de 6.000 euros y la retracción de 6 puntos en el carnet de conducir.
En total, hay más de mil radares operativos en las carreteras: 374 fijos (que rotan), 62 de tramo, 557 móviles y 12 helicópteros Pegasus. Así, en operaciones de salida especiales y vacaciones, por ejemplo, 1.270 puntos de control repartidos en autopistas, autovías y carreteras convencionales.
Pero los agentes también utilizan nuevos dispositivos como los veloláser, que denuncian desde excesos de velocidad hasta infracciones comunes en carretera; también están los radares de semáforo, que multan si te saltas esta señalización vertical obligatoria; el radar de cinturón, que sanciona a aquellos conductores (y pasajeros) que vayan en el coche sin este dispositivo correctamente colocado; así como los novedosos radares en cascada. Éste último se basa en la colocación de un cinemómetro móvil algunos metros después del radar fijo. Así, cuando el conductor haya pasado el radar y vuelva a acelerar, el cinemómetro móvil registrará el exceso de velocidad, ‘cazando’ al infractor.
Aunque ahora han dado un paso de gigante. Planean comenzar a utilizar DGT 3.0, una plataforma con la que pretenden anticiparse a los peligros que puedan aparecer en carretera como si tuvieran un «tercer ojo» al volante o un «sexto sentido». «La DGT 3.0 es una plataforma que permite mantener conectados en tiempo real a los distintos usuarios de la vía ofreciéndoles en todo momento información del tráfico en tiempo real y permitiendo así lograr una movilidad más segura e inteligente», asegura Ana Blanco, subdirectora adjunta de Circulación de Vehículos de la DGT.
Esta plataforma de movilidad inteligente, previsiblemente, comenzará a funcionar en el año 2026, año en el que ya casi todos los coches tendrán un amplio nivel de conectividad con aplicaciones como el eCall, o año para el que ya será obligatorio por ley llevar cajas negras en el coche. Ambos se tratan de sistemas que detallan nuestra posición, situación y, en caso de accidente, qué ha pasado exactamente.
DGT 3.0 permitirá la interconexión entre todos los actores que forman parte de este ecosistema: fabricantes de vehículos, empresas de alquiler, plataformas de transporte público, ayuntamientos, aseguradoras, fabricantes de dispositivos de conectividad, proveedores de aplicaciones relacionadas con movilidad segura y eficiente y los diferentes usuarios de las vías. Por lo tanto, a través de este sistema, la DGT podrá saber de manera exacta y en tiempo real tu localización y velocidad, por ejemplo, gracias a dicha conexión que tu coche le ofrecerá. Cabe suponer que no lo hacen con fin de sancionar malas conductas, al menos de momento, pero cabe esperar con el tiempo.
Nuevo servicio de interacción
La ciudad de Vigo ya es un ejemplo. Ya tiene preparado, según recoge la DGT, desde mediados del 2021, un nuevo servicio de gestión del tráfico que permitirá interactuar con los vehículos. Esta nueva plataforma es un sistema que pretende abrir un canal de comunicación bidireccional y permanente entre la infraestructura de tráfico urbana y los vehículos que circulan con el objetivo de mejorar la seguridad viaria, la fluidez del tráfico y reducir la contaminación.
La comunicación será tanto con vehículos de servicio público como taxis, policía, bomberos, autobuses y ambulancias como con flotas de reparto; a modo de ejemplo será posible que los semáforos se abran a la llegada de vehículos de emergencias, así como con conductores que recibirán la información en sus teléfonos inteligentes a través de una app.
Asimismo, cabe puntualizar el caso de un novedoso sistema que también ha empezado a utilizar la Policía Local de un pequeño municipio de la provincia de Pontevedra, Marín. Rastrean las calles con la aplicación M-Cam, la cual lee todas ya cada de las matrículas por las que pasa, y detecta si el vehículo tiene el seguro al día, ha pasado la ITV obligatoria o incluso si algún dato no coincide (por ejemplo, para determinar si ese vehículo es robado). Y los infractores se están encontrando un cepo en su vehículo hasta que subsanen la incidencia.