Fundada en marzo de 2009, la empresa estadounidense Uber, que se dedica al transporte privado mediante una app del teléfono móvil, podría adquirir próximamente una flota de 100.000 Mercedes-Benz Clase S con tecnologías de conducción semi autónoma. Ésta se convertiría automáticamente en la mayor compra que le harían a Daimler en toda su historia, y equivaldría a una cantidad económica cercana a los 10.000 millones de euros -sin tener en cuenta los descuentos por el gran volumen del pedido-.
La adquisición de estos automóviles, que empezarían a ser entregados a partir de 2020, daría un giro radical a la política de actuación de Uber, la cual siempre había optado por no poseer vehículos en propiedad. No obstante, en sus comienzos, los conductores que utilizaban Uber contaban con vehículos de alta gama como Cadillac Escalade, BMW Serie 7 o el propio Mercedes-Benz Clase S, aunque más tarde se amplió el rango de categorías de vehículos a utilizar por los usuarios de esta aplicación.
A pesar de todo, este encargo, cuyo valor sería aproximadamente de una sexta parte de la cantidad total en la que está valorada la compañía -unos 55.450 millones de euros-, permitiría a Uber mayores márgenes de beneficio que los actuales y más flexibilidad a corto y medio plazo para poseer una flota de automóviles que condujesen de forma autónoma o, al menos, semi autónoma. Esto se debería al estatus de los coches -algo que repercutiría igualmente en una mejor imagen de empresa-, que podrían actualizarse a través de software.
Por último, en referencia a España y todas las controversias que ha protagonizado con el sector del taxi, Uber comenzará su actividad a finales de este mes con Uber X. Así, para ser conductor de Uber será necesario estar en posesión de una licencia VTC -Vehículo Turismo con Conductor- y una autorización administrativas para el transporte de personas, con el fin de regularizar su actividad e incrementar la seguridad y la protección de los usuarios.
