Cada vez más conductores se plantean que su próximo coche no sea en propiedad, y eso es algo que se debe, entre otros factores, al incremento del precio de los mismos en los últimos años o la incertidumbre sobre qué tipo de coche comprar; ya que si los vehículos térmicos están condenados a desaparecer en la Unión Europea a partir de enero de 2035 (a no ser que usen ecocombustibles), los eléctricos por ahora tienen como principal problema su elevado precio y la falta de infraestructuras de recarga.
Cuestiones como las anteriores, y la evolución de la economía, en la que va predominando el pago por uso y no por tenencia, generan que aparezcan nuevos sistemas incluso para adquirir un vehículo, como el de los coches por suscripción.
¿En qué consiste este sistema de coches por suscripción? Su nombre ya lo indica con bastante precisión. Al igual que servicios como Netflix o Spotify, uno puede contratar el uso de un coche nuevo sin tener que abonar entrada, sólo pagando una cuota periódica y, lo mejor, anularlo cuando lo desee… sin ninguna penalización. Lo más interesante es que, en esa cuota, también se incluyen servicios asociados a la vida útil del vehículo, como el pago de los impuestos, el del seguro a todo riesgo con franquicia, la asistencia en carretera, el mantenimiento y la ITV.
Al hablar del sistema de coches por suscripción, hay que incidir en la diferencia fundamental que lo separa del renting. Y es que si en este último servicio, el usuario firma un contrato por el que se compromete a tener el vehículo durante un periodo de 3 a 5 años (esa es la duración habitual de los contratos de renting); al contratar el uso de un vehículo mediante el sistema de coches por suscripción, el usuario puede darse de baja cuando lo estime oportuno.
Los coches por suscripción avanzan rápido
Este sistema de optar a un vehículo por suscripción se está expandiendo en todo el mundo desde hace aproximadamente cuatro o cinco años. En España ya existen multitud de empresas, entidades financieras e, incluso, marcas de automóviles que ofrecen el servicio de coches por suscripción; y todas ellas coinciden en hacerlo con las mismas características:
- El usuario puede elegir el modelo de vehículo que le interese, el periodo de uso y los kilómetros recorridos a contratar.
- No se exigen pagos como entrada ni ningún contrato de permanencia. El usuario únicamente ha de abonar una cuota mensual durante el tiempo que requiera el vehículo.
- El registro y la suscripción a este servicio se realizan, en la inmensa mayoría de ocasiones, a través de Internet o de una app en tu smartphone.
- El coche por suscripción incluye o puede incluir servicios como el pago del seguro, el mantenimiento y las revisiones.
Valga como ejemplo práctico uno de los últimos sistemas de coche por suscripción que ha aterrizado en España, el de myEuropcar, que funciona en nuestro país desde el pasado mes de marzo; aunque ya estaba en marcha desde 2022 en Francia o Alemania.
Con myEuropcar, el usuario puede elegir coche entre una amplia oferta de modelos (incluyen furgonetas) y motorizaciones (térmicas o eléctricas), pero también establecer cuánto tiempo quiere utilizarlo (durante uno, tres o seis meses; el precio mensual es menor cuantos más meses se contratan) y qué kilometraje va a requerir cada mes (de 750 a 3.750 km).
Además, en los coches por suscripción cada usuario también puede adaptar este servicio a sus necesidades personales, como la inclusión de una sillita infantil o la posibilidad de incorporar en el contrato hasta dos conductores adicionales para el vehículo contratado.
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