El segmento de los SUV de tamaño medio está repleto de opciones para aquellos que quieran comprarse un vehículo de este tipo. Uno de los ‘tapados’ de la categoría es el todocamino japonés Honda CR-V, que dispone de una amplia gama en cuanto a combinaciones mecánicas, así como de un estupendo comportamiento y de una oferta de motores eficientes. Pero, ¿cuál es la elección más interesante en el Honda CR-V? En Autofácil.es lo tenemos claro.
A nuestro juicio, el Honda CR-V más equilibrado es el que equipa el motor diésel i-DTEC de 1.6 litros y 160 CV de potencia con el acabado Elegance, una transmisión automática y a una tracción a las cuatro ruedas. Recordemos que también es posible asociarlo a un propulsor de gasolina 2.0 i-VTEC de 155 CV de potencia y a otro diésel 1.6 i-DTEC, aunque en este último caso con 120 CV. La tracción 4×4 es de serie en el motor más potente de cada combustible, mecánicas que también permiten unirlo a una caja de cambios manual o automática -el diésel de 120 CV es obligatoriamente manual y con tracción 4×2-.
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El rendimiento del Honda CR-V con el propulsor 1.6 i-DTEC de 160 CV 4×4 automático es excelente por la relación entre prestaciones y consumo de combustible. Así las cosas, puede alcanzar los 100 km/h desde parado en 9,9 segundos y una velocidad máxima de 197 km/h gracias, además de a su potencia, a un par motor máximo de 350 Nm disponible desde las 2.000 rpm. Todo ello lo consigue con un consumo medio homologado de 5,1 l/100km y unas emisiones de CO2 de 134 g/km.
¿Y el equipamiento?
En lo que respecta al equipamiento, el Honda CR-V unido al nivel de equipamiento Elegance incluye de serie elementos como alarma, asiento del conductor con ajuste lumbar eléctrico, Bluetooth, cámara de visión trasera, faros antiniebla, control de velocidad o retrovisores plegables eléctricamente. Sin embargo, el cliente también puede optar por el nivel Comfort, el más básico, o por los topes de gama, denominados Lifestyle y Executive.