«Los coches americanos son baratos. Y hay muy buenas razones para que lo sean». La cita es lapidaria, pero resume a la perfección el grado de sofisticación que cabe esperar encontrar en cualquier habitante de ese nicho del mercado yanqui denominado muscle cars.
De igual manera, la liturgia de la presentación de un muscle car es de sobra conocida. Esencialmente, consiste en pasar 30 horas confinado en el caro –pero no demasiado confortable– microhábitat de un asiento de avión en clase business para conducir durante dos horas un ‘trasto’ que combina un chasis con la rigidez de un castillo de naipes; una suspensión trasera que es la versión a escala real de la que usaban los coches que construías cuando, de pequeño, jugabas con tu Meccano; y un motor de gasolina V8 de cilindrada descomunal que ofrece la misma potencia específica que un TDI moderno y un régimen máximo de giro tan sólo marginalmente superior.
Afortunadamente, no hemos viajado hasta Hollywood para la presentación de un muscle car norteamericano. Ford lleva, desde hace casi una década, apostando por desarrollar ‘modelos globales’, y el nuevo Ford Mustang no es sólo otro Mustang más, sino el primero concebido para venderse en todo el mundo. Y eso, se nota.
Si quieres saber todos los detalles sobre el nuevo Ford Mustang, y conocer a sus principales rivales, te esperamos en el número 109 de la revista CAR&Tecno. Ya en tu kiosco.