El Volar-e es el resultado del trabajo de 180 ingenieros y numerosos proveedores: Por ejemplo, las suspensiones son de la firma alemana KW, y las baterías son de la empresa estadounidense A123: Se componen de diez módulos y 600 células, con las que se consigue un voltaje de 660 V. La empresa croata Rimac ha realizado su exclusivo chasis tubular en cromo-molibdeno. La tracción es a las cuatro ruedas, con un sistema ideado por Applus+ IDIADA denominado Itorq.
Con cuatro motores eléctricos -desarrollados por la compañía suiza Brusa- , más de 1.000 CV de potencia y 1.000 Nm de par -incluyendo la frenada regenerativa-, este prototipo se convierte en el coche con propulsión eléctrica más rápido del mundo: Acelera de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos, de 0 a 200 km/h en ocho segundos, y alcanza los 300 km/h en un tiempo de 14 segundos. Eso sí, si exprimimos estas prestaciones, la autonomía se nos quedará en 50 kilómetros. La autonomía homologada del Volar-e en ciclo europeo es de 180 km. La recarga es tan rápida como el propio coche: En 15 minutos vuelve a tener un 85 % de batería.
El Volar-e es fruto de un encargo que la Comisión Europea sacó a concurso entre diversas empresas, y que ganó Applus+. Con él, la CE quiere demostrar que los motores eléctricos no están reñidos con el rendimiento, y tranquilizar respecto a los problemas de carga y autonomía. Como parte de su compromiso, la Comisión Europea financia el 50 % del proyecto. De hecho, el vicepresidente de la Comisión y comisario de Industria, Antonio Tajani, estuvo presente en la presentación del Volar-e en el Circuit de Catalunya, el 28 de febrero.
Los interesados en ver en vivo el Volar-e tendrán una nueva oportunidad el próximo 10 de marzo, en Barcelona, en el Moll de la Fusta, como parte de una exposición de vehículos eléctricos.
