Con apenas dos años de presencia en el mercado, Volkswagen ha decidido sacar a la venta esta versión, de aspecto más campero y así completar su gama. La oferta mecánica está compuesta por dos diesel de dos litros con potencias que van de los 140 CV de potencia y 340 Nm de par máximo hasta los 180 CV de potencia y 400 Nm de par máximo de la versión biturbo. Ambos motores están asociados a una caja de cambios manual de seis velocidades, aunque opcionalmente, en la versión más potente se puede optar por una de ocho velocidades, firmada por ZF. A diferencia del resto de la gama, el Canyon solo está disponible con dos tipos de tracción total, permanente y conectable. La primera recurre a un diferencial trasero de tipo Torse que realiza un reparto de fuerza de 40% para el eje delantero y 60% al trasero, aunque éste puede variar dependiendo de las condiciones de adherencia puede variar dicha proporción. La segunda tiene un embrague que establece la conexión entre ambos ejes cuando se pulsa un botón, situado en el salpicadero. Al carecer de diferencial central su accionamiento es recomendado sólo cuando la adherencia es baja. A diferencia de la otra versión, ésta cuenta con reductora.
Opcionalmente podemos pedir un diferencial trasero para mejorar la motricidad y que reparte equitativamente la fuerza del motor entre las ruedas traseras.
Además, para los conductores más inexpertos, o para los más prudentes, cuenta con un programa denominado Off Road, que se activa desde el interior. Éste actúa sobre el ABS, el control de tracción y estabilidad y el asistente de descenso de pendientes modificando en cada momento su funcionamiento para poder avanzar sobre terrenos no asfaltados, con gravilla o con barro.
Los cambios más llamativos
En el exterior, los cambios más importantes se centran en un nuevo color de carrocería, denominado Copper Orange, y que llevaba el prototipo presentado el año pasado en Salón de Hannover- Además cuenta con nuevas llantas de aleación de 17 pulgadas con neumáticos All Terrain, elementos de la carrocería pintados en color negro, como los estribos laterales, los pasos de rueda o el paragolpes trasero. Opcionalmente se puede adquirir una barra con cuatro faros auxiliares, que van ubicados en el techo. En el interior resaltan unos asientos bicolor tapizados en simil cuero y algunos elementos decorados en color naranja, como los cinturones de seguridad, las costuras del freno de mano, la palanca de cambios y el volante o las molduras decorativas.
Dinámicamente no varía con respecto al resto de la gama. Lo único destacado es que los neumáticos All Terrain suenan algo más en carretera. Salvo eso, su comportamiento en autovías es muy bueno siendo posible realizar consumos de siete litros a 110-120 km/h, lo que no está nada mal para un vehículo tan voluminoso. Además el cambio automático le proporciona mucha suavidad a la conducción y en campo es un arma perfecta para enfrentarnos a rampas complicadas. En campo los nuevos neumáticos le otorgan mejor adherencia, y sus cotas, la reductora (en la versión conectable) y el bloqueo de diferencial trasero (opcional) son perfectos para circular por los tramos más complicados. Quizás su punto flaco sea circular por carreteras reviradas, ya que tiene un centro de gravedad alto y tiene más balanceo que un turismo.
Muy bien equipado
Aunque podamos pensar que es un vehículo de trabajo, su enfoque lúdico o vehículo para toda la familia hace que todas las versiones del Amarok Canyon vengan muy bien equipadas: De serie dispone de seis airbags, reproductor de CDMP3, controles de tracción y estabilidad o climatizador automático. Opcionalmente podemos añadir a esta lista una cubierta retráctil para cerrar la caja, llantas de 18 pulgadas, asistencia al aparcamiento o navegador con función de cámara trasera.
