De acuerdo a la intención de Volkswagen de mantener el e-Golf lo más semejante posible a un Golf normal: En su interior, tan solo es novedad la esfera que indica el nivel de carga en el cuadro de instrumentos. El flujo de energía se podrá ver mediante una animación en la pantalla del sistema de infoentretenimiento, situada en la consola central.
El motor eléctrico del e-Golf rinde 115 CV de potencia, y su par de 270 Nm está disponible desde el primer instante, acelerando de 0 a 100 km/h en 11,8 segundos. La capacidad de la batería de ión-litio será de 26,5 kWh, si bien siempre habrá una carga mínima del 10 % y una carga máxima del 95 %, lo que ayudará a aumentar su vida útil. Pero la mayor baza del e-Golf será la utilización del estándar de recarga CCS, con el que es posible realizar una carga rápida en veinte minutos -la mayoría de los eléctricos tardan hoy por hoy media hora en hacer este tipo de recarga-, además de una recarga completa enchufado a una toma doméstica en menos de cinco horas. Con la batería al 100 %, la autonomía del e-Golf es de 175 km. El acumulador -que pesa 315 kg, para un aumento de peso respecto a un Golf normal de 250 kg– se encuentra instalado en el túnel de transmisión, de forma que al mismo tiempo tenga cabida el tren de potencia para la tracción total 4Motion.
El e-Golf ofrecerá tres modos de funcionamiento: El Normal entrega la potencia máxima de 115 CV, con una velocidad punta autolimitada a 135 km/h, mientras que el ECO reduce la potencia disponible a 95 CV y la velocidad a 120 km/h; por último, el Range minimiza el consumo de elementos como el climatizador, dejando la velocidad máxima en 95 km/h.