La variante familiar del Golf ya dispone de una oferta casi tan variada como las carrocerías de tres y cinco puertas. Junto con la llegada de Golf Alltrack, una versión todocamino exclusiva para el Variant, Volkswagen ha lanzado el Variant R, dotado de un motor 2.0 TFSI de 300 CV, y el Variant GTD, que va unido a la mecánica 2.0 TDI de 184 CV. Ambos se caracterizan por una estética diferenciada y detalles de equipamiento exclusivos, y están disponibles por 44.780 € –Variant R–, 33.710 € –Variant GTD con cambio manual– y 35.720 € –Variant GTD DSG–.
Golf Variant R
Por primera vez, la gama del Golf Variant dispone de una versión deportiva de semejante calado. Exteriormente, el Variant R se distingue claramente por elementos como los paragolpes específicos, unas llantas de aleación de 18 pulgadas o las dos salidas dobles de escape, entre otros elementos. La altura al suelo también está rebajada en 20 milímetros frente al resto de la gama e incluye, de serie, la tracción total 4Motion y el cambio automático de doble embrague DSG. Por otra parte, el maletero mantiene inalterada su capacidad, con 605 litros.
Pudimos probar el Golf Variant R tanto en carretera abierta como en una pista de pruebas, concretamente en el circuito malagueño de Ascari, donde nos demostró que no ha perdido ni un ápice de eficacia frente a la versión compacta. El sistema 4Motion, basado en el embrague multidisco Haldex de quinta generación, junto con el diferencial delantero XDS+, proporcionan un agarre y una estabilidad excepcionales, de forma que se puede dar rienda suelta a los 300 CV sin que el tren delantero quiera seguir recto o el trasero se descoloque de la curva. Salvo que se juegue con la transferencia de pesos y se desconecte el control de estabilidad, el coche siempre sigue fielmente la trayectoria marcada por la dirección. Para obtener el máximo rendimiento en este tipo de trazado, el selector de perfiles de conducción incluye un modo ´Race´, específico para las versiones R, que ajusta la respuesta del motor, el acelerador, el cambio y la dirección para obtener una respuesta más rápida. Además, con combinación con la suspensión adaptativa DCC -1.010 euros- también aumenta la rigidez de los amortiguadores.
Golf Variant GTD
También como gran novedad en la séptima generación del Golf, la carrocería Variant recibe una versión GTD, ya presente en las variantes de tres y cinco puertas. El GTD se distingue por incorporar el motor 2.0 TDI de 184 CV, el más potente de la gama turbodiésel, junto con una estética en la que sobresalen el paragolpes delantero específico, unas llantas de aleación de 17 pulgadas y el difusor trasero pintado en color negro. En el habitáculo, los elementos más reseñables son los asientos con tapicería a cuadros y, en la versión con cambio manual, el pomo de la palanca en forma de pelota de golf; dos detalles heredados de la versión GTI que, de momento, no está disponible en la carrocería Variant.
El Golf Variant GTD destaca por el empuje que proporciona la mecánica, que de hecho ofrece el mismo par máximo que en el Variant R, 380 Nm, que llega en exclusiva al eje delantero. Gracias a la buen funcionamiento del diferencia XDS+, de serie, no se producen pérdidas de tracción, al menos, sobre asfalto seco. En la parte negativa, el ruido del motor se deja notar en el habitáculo más de lo esperado, sobre todo al ralentí y a baja velocidad. En cambio, en carretera se aprecia mucho menos e incluso tiene un cierto toque deportivo, gracias a un actuador acústico que modifica el sonido del escape, que se puede activar a través del selector de perfiles de conducción.