El propulsor de combustión es un bloque turbo gasolina de 2.0 litros que rinde 320 CV, y su fuerza se transmite al eje delantero. Por su parte, la del motor eléctrico va hacia las ruedas posteriores con 87 CV de potencia. Además, Volvo ha instalado otro pequeño propulsor eléctrico de 25 CV entre el motor de arranque y la caja de cambios automática de 8 velocidades. Su función es la de dotar de par motor en los momentos necesarios y la de suavizar las transiciones entre las marchas y modos de conducción.
Precisamente, su conducción puede variar entre cinco modos de conducción en función de las necesidades o apetencia del piloto: Hybrid, Pure Electric, Power, AWD y Save. Con estas características, uno de sus mayores rivales será el BMW X5 xDrive 40e.
Por último, sus cifras son las siguientes: además de los comentados 407 CV que entregan conjuntamente los motores térmico y eléctrico, el par motor que desarrolla es de 640 Nm. Con éstas, alcanza los 100 km/h desde parado en 5,6 segundos y una autonomía en modo eléctrico de unos 42 km. ¿El consumo mixto homologado? 1,7l/100km.