El Volvo XC60 es un SUV de cinco puertas y otras tantas plazas (no está previsto que pueda tener siete) que mide 4,69 metros de largo. Está creado sobre la plataforma SPA, la misma que ya emplean los S90, V90 y XC90. De momento, la gama está formada por dos versiones diésel (D4 de 190 CV y D5 de 235 CV), dos gasolina (T5 de 254 CV y T6 de 320 CV) y una híbrida denominada T8 Twin Drive de 407 CV. Todos tienen tracción total, cambio automático de ocho velocidades y motores de cuatro cilindros con 2.0 litros de cilindrada. Hay tres acabados disponibles para todos los motores: Momentum, Inscription y R-Design.
En noviembre llegarán dos versiones más asequibles: un D4 con cambio manual y un T5 de tracción delantera. Ya en primavera de 2018 llegará el D3 de 150 CV, tracción delantera y cambio manual. Costará 39.950 euros.
Por dentro
El interior es idéntico al de sus hermanos de la serie 90. Destaca por su calidad de acabados, que es muy buena tanto por materiales como por ajustes, así como por ofrecer una postura al volante muy cómoda. La distribución de mandos se caracteriza por contar con una gran pantalla central táctil desde la que se manejan todo tipo de funciones: desde el climatizador al equipo de audio, el navegador, sistemas de seguridad…
El XC60 es un coche espacioso. Detrás hay espacio para tres adultos, si bien el túnel central es un poco voluminoso para que el pasajero central vaya del todo cómodo en viajes largos. Con 505 litros, el maletero ofrece una buena capacidad.
En marcha
Hemos tenido ocasión de probar las variantes D5 y T6, en ambos casos con la suspensión neumática opcional. En ambos casos, el XC60 es un coche cómodo y fácil de conducir, si bien en carreteras reviradas también goza de una buena estabilidad, unas reacciones muy sanas y predecibles y una agilidad superior a la del XC90 gracias a su menor peso.
La dirección se muestra suave y precisa, mientras que el cambio automático de ocho marchas logra un buen equilibrio entre rapidez, suavidad y capacidad para seleccionar siempre la marcha más adecuada en función automática.
En cuanto a los dos motores, el XC60 va sobrado de fuerza en ambos casos. El D5 destaca por ofrecer una respuesta más contundente e intensa a bajas revoluciones, mientras que el T6 se muestra más rápido y conforme se van apurando las marchas y, también, un poco más suave y refinado (dos aspectos en los que el D5 tampoco tiene grandes problemas).
Más sistemas de seguridad
El Volvo XC60 puede llevar todos los sistemas de seguridad de la serie 90, y además añade otras tres funciones más. La primera detecta que el conductor ha invadido el carril de sentido contrario y ayuda a regresar al carril adecuado para evitar un choque frontal; actúa entre 60 y 140 km/h. La segunda emplea los sensores de ángulo muerto para actuar sobre la dirección en caso de que se pueda producir un accidente al cambiarse de carril cuando viene otro vehículo. La tercera es una función más avanzada del City Safety. Funciona entre 50 y 100 km/h, y está pensada para actuar no sólo en caso de evitar el atropello de peatones, sino también el de ciclistas y animales.