El Fiat S76, más conocida como la «Bestia de Turín», fue construido con un único fin: batir el record de velocidad a principios de siglo XX. Hecho que logró en 1911 al superar los 185 km/h. Pero más allá de este hecho histórico, lo realmente sorprendente es que tras haber estado 100 años sumido en un profundo letargo, volvió a la vida para deleitar a los asistentes del Festival de la Velocidad de Goodwood.
Los allí presentes pudieron oír el estruendo de su corazón de 28 litros que, en funcionamiento, parece más un buque de guerra disparando su munición que un vehículo de cuatro ruedas. Y si no te lo crees, aquí te dejamos el vídeo en el que, por primera vez en un siglo, la Bestia volvió a moverse.