Tras varios años sin contar con una berlina en su gama, tras la desaparición del 159, Alfa Romeo apuesta de nuevo por este segmento, aunque con las miras mucho más altas. El Giulia supone una ruptura con parte del pasado, gracias al estreno de un nuevo logotipo, diseñado por Robilant Associati; se trata de una renovación del clásico emblema de la marca, aunque sin alterar la forma y los rasgos que lo han caracterizado durante muchos años.
Aunque el punto más importante del nuevo Alfa Romeo Giulia es su motor. Se trata de un 6 cilindros de gasolina turboalimentado, fabricando totalmente en aluminio por técnicos procedentes de Ferrari. Produce 510 CV y brinda prestaciones espectaculares, como los 3,9 segundos que tarda en pasar de 0 a 100 km/h. Para obtener, además, un buena eficiencia, dispone de un sistema de desactivación de los cilindros con control electrónico. La ligereza que le proporciona su construcción permite reducir el peso sobre el eje delantero para lograr un equilibrio perfecto, con un reparto simétrico entre ambos ejes. El uso de materiales livianos se traslada también a la carrocería, con elementos de fibra de carbono como el eje de transmisión, el capó y el techo.
El chasis del Alfa Romeo Giulia incorpora una suspensión trasera multibrazo, mientras que para el delantero se ha desarrollado una nueva arquitectura de doble brazo oscilante con eje de dirección semivirtual, que mejora el efecto de filtrado y permite girar de forma más rápida y precisa. Este esquema mantiene constante el apoyo del neumático durante las curvas y, gracias a ello, es capaz de soportar aceleraciones laterales muy altas. Por otra parte, la dirección cuenta con una relación muy directa que aumenta la precisión y la rapidez en los cambios de trayectoria.
Otra tecnología presente en el Giulia es el Torque Vectoring dotado de un doble embrague, que permite al diferencial trasero controlar por separado el par que llega a cada rueda. La nueva berlina de Alfa Romeo también sirve como plataforma para el estreno del sistema de frenado integrado, un dispositivo con funcionamiento electromecánico que combina la acción del control de estabilidad con el servofreno tradicional, asegurando una respuesta instantánea del freno y, por tanto, una distancia de frenado muy corta. La aerodinámica ha sido otro punto en el que se ha prestado especial atención; para ello, cuenta con el Active Aero Splitter, el sistema frontal que gestiona la carga aerodinámica de forma activa para mejorar el agarre al asfalto a velocidades elevadas. El funcionamiento de todos los sistemas electrónicos está gestionado por el Chassis Domain Control, una centralita que regula el funcionamiento de cada uno de ellos.
Por otro lado, el Alfa Romeo Giulia equipa el selector de modos de conducción Alfa DNA –ya presente en el MiTo o el Giulietta-, aunque con características mejoradas y nuevas funciones. En el caso de la versión más potente, está dotado de cuatro posiciones: Dynamic, Natural, Advanced Efficient –para lograr la máxima eficiencia de combustible– y Racing, con unos ajustes específicos para una conducción deportiva.