Las alternativas que existen actualmente en cuanto a combustibles están permitiendo a los fabricantes ofrecer una gama variopinta en opciones mecánicas. En este caso, Audi, que dispone de vehículos con multitud de motores, añadirá a su catálogo en 2016 el A4 Avant g-tron, con un propulsor bi-fuel igual al del A3 g-tron que funciona con gasolina y gas natural comprimido.
Las emisiones de CO2 de este modelo serán de 100 g/km, con un consumo en ciclo mixto que rondará los 4 kg de gas por cada 100 km, algo que representa un ahorro de aproximadamente entre 3 y 3,5 euros para esa distancia. Además, también será susceptible de usar un gas metano sintético llamado ´Audi e-gas´ que la propia marca produce a partir de agua y CO2 en Alemania gracias a la energía solar y eólica.
Para almacenar el combustible Audi recurre a 4 depósitos realizados en fibra de carbono, poliamida y fibra de vidrio que pueden llegar a almacenar 19 kg de gas a una presión de 200 bar, lo que le daría la capacidad de recorrer 500 km sin hacer uso de la gasolina. La transición a esta última sería automática, y cuyo depósito de 25 litros permitiría una autonomía total de aproximadamente 900 km. La pega es que reduce la capacidad del maletero –el suelo del mismo queda al ras al abrir el portón trasero y tampoco cuenta con rueda de repuesto-.
En cuanto a su corazón, se trata de un 2.0 TFSI con válvulas y pistones para el uso del gas que rinde 170 CV y 270 Nm de par motor, asociado a una tracción delantera y con un inevitable aumento de peso de 100 kg.