Mientras revisaba en el avión, rumbo a Dresde –Alemania–, el dossier de prensa de este S6, sus datos aleteaban en mi cabeza… No era para menos: 450 CV de 5.800 a 6.400 vueltas, 550 Nm de par mantenidos desde 1.400 a 5.700 rpm, de 0 a 100 en sólo 4,4 seg., 250 km/h de velocidad máxima ´limitada´, tracción total Quattro, cambio automático S tronic de doble embrague… Pero, también, una longitud de 4,93 m –es 17 mm más largo que el anterior S6 debido a los nuevos paragolpes– y un peso de nada menos que 1.970 kg. Todos estos datos unidos a la opinión de mi compañero Eduardo, que probó el anterior S6 en el nº 80 de CAR&Tecno –«corre ´que se las pela´ […] pero las sensaciones […]se han extirpado»– hacían que me preguntara si Audi, dentro del restyling del A6, habría ´recortado´ en exceso la diversión en esta ´súper berlina´. Iba a comprobarlo pronto.
Cerca de 30 unidades del Audi A6 esperan en una explanada a las afueras de Dresde. Y las cuatro del S6 –dos berlinas y dos familiares Avant; estas últimas a la venta en España desde 94.940€– se distinguen del resto al momento, gracias a una parrilla frontal con listones verticales dobles –simples en el resto de A6–, paragolpes específicos, dos tubos de escape con salida doble, unos retrovisores –abatibles electrónicamente– acabados en aluminio y, por supuesto, a sus enormes llantas –la unidad que probamos, la de las fotos, monta unas de 20″ que cuestan 2.705€; aunque el S6 incorpora de serie unas de 19″ sobre neumáticos 255/40–. Estoy rápido a la hora de pedir las llaves de un S6 berlina pintado en ´Rojo Misano´–1.295€– y, ante las miradas de envidia de compañeros, accedo a su interior. Lo primero que destaca son sus asientos deportivos S, que recuerdan a unos baquets y están tapizados en cuero negro, a juego con el tejido Alcántara que reviste el techo y los paneles de las puertas. Cuentan con reglajes eléctricos, ofrecen un apoyo lateral notable y, desde ellos, se vislumbra un salpicadero con inserciones en fibra de carbono y dominado por un volante deportivo que incluye las levas para manejar la caja automática. Pero lo que más me interesa es el botón de arranque… y lo localizo fácilmente en la consola central, a la derecha de la palanca de cambio.
Dos personalidades… a base de tecnología
Nada más pulsarlo, el sordo silencio en el habitáculo de este S6 se rompe con un bramido ronco aunque atenuado, que ‘avisa’ de lo que puede entregar este coche. Y es que, con el restyling de la gama A6, este V8 recibe 30 CV más que su antecesor –450 CV– y ha reducido su consumo de 9,6 a 9,2 l/100 km –de 9,7 a 9,4 l en el Avant–. Sin embargo, más allá de las cifras, lo mejor es cómo funciona. Al iniciar la prueba, sorprende por su suavidad de marcha, ya circules con su caja S tronic en modo automático, automático deportivo –en la que ésta aumenta las revoluciones del motor y su rapidez de actuación– o en manual secuencial. Esta respuesta es posible gracias a sus 550 Nm de par y una curva de entrega de potencia que dibuja una diagonal perfecta; y se suma al confort general del vehículo que, gracias a su suspensión neumática de serie –desciende la altura de la carrocería en 20 mm–, no tiene nada que envidiar al más burgués de los Mercedes.
Técnica. Ni se nota
El Cylinder on demand desactiva los cilindros 2, 3, 5 y 8 de su bloque V8 siempre que se circule por debajo de 3.500 rpm –y en tercera o en una marcha superior–. El conductor no lo nota nunca. Ni por las vibraciones, ya que el S6 incluye unos soportes activos que generan unas contravibraciones que anulan las del bloque; ni por el sonido, ya que incorpora el sistema ANC –Active Noise Cancelation– que emite, a través de los altavoces, unas frecuencias anti-ruido que anulan, en el interior, las ondas sonoras resultado de la vibración.
Eso sí, la más mínima insinuación sobre el acelerador supone que el motor ruja a la espera de una oportunidad para demostrar de lo que es capaz. Aun así, al acceder a un tramo de autobahn alemana, y pese a mis enormes ganas de acelerar a fondo, me puede más la curiosidad de averiguar cuáles son las cifras reales de consumo. Sorpresa, frente a los 16,4 l/100 km que enguye, de media, este 4.0 V8 turbo en ciudad; en vías rápidas y a velocidades legales –en España–, la cifra se reduce a unos casi absurdos… ¡8,3 l/100 km! Gran culpa de ésto la tienen las largas relaciones de la S tronic –en el modo D, a 120 km/h, el motor apenas gira a 2.000 rpm– y, sobre todo, al sistema Cylinder on demand –ver columna– , y que desconecta la mitad de sus cilindros del motor a bajo régimen.
Pero… seamos serios, un S6 no está pensado para circular como un ´vulgar´ cuatro cilindros. Por eso, acciono el sistema Audi drive select –que ofrece cinco modos de conducción, en los que regula la respuesta del acelerador, de la caja de cambios, la asistencia de la dirección y la suspensión neumática– hasta seleccionar el Dynamic, el más deportivo… y me doy el gusto de pisar a fondo el acelerador. De inmediato noto que el empuje del motor me hunde contra el asiento; es cierto que he vivido aceleraciones más bruscas… aunque lo mejor de esta es que no cesa sino que se mantiene, de forma muy intensa, hasta que a unas 5.000 vueltas y circulando a aprox. 180 km/h, alcanzo al coche de delante. ¡Mier…! Eso sí, lo mejor es el sonido: según acelero, puedo ir notando como el gorjeo ronco del motor se va transformando en un aullido sordo, fascinante y evocador… Vuelvo a bajar a la Tierra cuando el navegador del coche –inexplicablemente opcional, desde 2.230€; aunque esta unidad equipa el MMI Plus, con pantalla de 8″, que incluye red wi-fi y que cuesta 3.545€– me indica que tengo que tomar una salida y seguir mi ruta por carreteras secundarias. ¡Bendito problema!
Demasiado ‘tecno’ para ser perfecto
En ellas, y cada vez que atisbo unos cientos de metros sin tráfico, vuelvo a poner a prueba el motor –y, confieso, también reduzco marchas sólo por el placer de escuchar el bronco petardeo que eso genera en el tubo de escape–. De forma que el S6 llega a las curvas a unas velocidades que, en otro coche, consideraría ‘excesivas’, pero que en este Audi, la suspensión adaptativa, la tracción Quattro y el diferencial trasero activo* que incluye nuestra unidad –opcional: 1.385€– se encargan de convertir en ‘adecuadas’. Y es que este S6 genera tal sensación de control y seguridad –pese a su peso, la carrocería apenas se mueve– que resulta sencillo circular muy muy rápido con él… e, incluso, llega a convertirse en algo carente de emoción. Y es que, sí, me temo que Eduardo tenía razón, que a pesar de que este S6 es toda una muestra de tecnología aplicada al automóvil, a sus mandos se echan en falta más sensaciones que te pongan los pelos de punta. Eso, y ¡un navegador de serie!