El estudio encargado por la EPA señala a dos materiales usados en las baterías de ión-litio: El níquel y el cobalto. Estos elementos pueden provocar problemas respiratorios, pulmonares y neurológicos en aquellos sujetos que más se expongan a ellos –como los operarios de las fábricas-. El informe recomienda a la industria que sustituya estos materiales por otros; que se usen menos disolventes para dar lugar al proceso de electrólisis, y que se procuren reciclar todos los materiales utilizados en las baterías. Diversos fabricantes de baterías han colaborado para el estudio, y se disponen a valerse de la información recogida en el desarrollo de futuros productos.
La investigación, realizada para la EPA por la consultora Abt Associates, también refleja cómo el carácter medioambiental de los coches eléctricos puede ser muy distinto en función de la forma en que se produzca la energía con la que son alimentadas las baterías. En regiones dependientes de las centrales térmicas, puede que un motor de combustión sea menos contaminante€
Por otra parte, se analizaron las posibiles aplicaciones de una nueva tecnología para su uso en los ánodos de las baterías –los electrodos en los que tiene lugar la reacción de oxidación-: Los nanotubos de carbono mejoran la densidad energética y, por tanto, el rendimiento de las baterías. Sin embargo, el gran problema detectado está en su producción, que aún es demasiado costosa y poco ecológica.