Prueba BMW X5 25d xDrive 2020: una versión de acceso con argumentos

Miguel Tineo
Miguel Tineo

En ocasiones, la versión de acceso de un determinado modelo suele quedarse justa por motor, equipamiento... En otras, ya es más que suficiente. ¿Es este BMW X5 un ejemplo?


El BMW X5 nació hace ya dos décadas, cuando los SUV comenzaban a abrirse hueco. Con el paso de los años y la llegada de diferentes tamaños y sucedáneos de carrocería, el X5 se ha convertido, junto con los X6 y X7, en uno de los SUV más grande de BMW. Y eso, en cierto modo, obliga a que la gama esté formada por motores bastante poderosos… y un precio de partida a la altura de semejante caballería.

Por eso, el X5 más básico que uno puede adquirir es este 25d xDrive, equipado con un motor 2.0 de cuatro cilindros y 231 CV que, la verdad, cumple muy bien su cometido. Respecto al equipamiento, y aunque la lista de opciones es interminable (tanto que hay que tener cuidado para no gastarnos lo que cuesta un urbano medio en extras…), de serie ya cuenta con todo lo imprescindible.

¿Es, por tanto, buena compra? Pues, si queremos un X5, sí. Pero si nos basta con un X3, que con sus 4,70 m de largo es el equivalente a un X5 original, la cosa cambia: tienes un X3 18d de 150 CV por 46.300 euros.

BMW X5 25d xDrive: en marcha, no necesitas más

BMW X5 trasera

Este X5 lleva un motor 2.0 turbodiésel de cuatro cilindros y 231 CV asociado a un cambio automático de ocho marchas por convertidor de par y tracción total. Con esta mecánica, el X5 ofrece unas prestaciones más que dignas: necesita sólo 7,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h. Además, tiene muy buena respuesta a bajo régimen y el cambio funciona muy bien para ayudar a extraer lo mejor del motor. También consume poco para ser un modelo de 2.145 kilos: te moverás entre 7,5 y 8 L/100 km reales. ¿Un pero? Podría ser un poco menos ruidoso desde fuera, pues el interior está bien insonorizado.

Por comportamiento, destaca por aplomo y comodidad en vías rápidas. En las lentas, es más ágil de lo previsto por su tamaño y peso, pero destaca más por facilidad de conducción y nobleza. En campo o nieve le ayuda la tracción total y sus cotas, pero no los Bridgestone Alenza de serie (son de asfalto; mejor, unos M+S).

Por dentro tiene un nuevo aspecto

BMW X5 interior

El interior del X5 comparte la mayoría de elementos con los últimos modelos de BMW. La instrumentación digital y la pantalla central de 12,3″ con navegador son de serie.

La calidad es muy buena: los materiales empleados son vistosos y agradables, como el tacto de los botones, todo está bien ajustado y rematado, la definición de las pantallas es elevada, las guanteras y diferentes huecos están forrados, la insonorización es muy buena, no se perciben vibraciones en marcha…

Eso sí, se han complicado. Nos gustaba más la disposición de mandos del anterior X5: ahora es más complejo navegar por la pantalla y, aunque hay muchos botones, son demasiado pequeños. Por espacio, no hay problema: las plazas traseras son muy amplias y el acceso, muy bueno. El maletero es enorme y, aun así, algunos rivales lo superan con creces. El X5 también se comercializa con siete plazas por 6.450 euros más. Con esta configuración, el maletero se reduce a 575 L (usando 5 plazas). Las butacas de la última fila son válidas para niños o personas menudas con cierta agilidad.

Veredicto

Es el X5 más razonable de la gama, pero no le exime de dos preguntas que debes responder antes de adquirirlo: ¿De verdad necesitas un X5? ¿Puedes prescindir de la etiqueta ECO?

Ficha técnica: BMW X5 25d xDrive

BMW X5 frontal

  • Potencia: 231 CV (170 kW) a 4.400 rpm
  • Par: 450 Nm de 1.500 a 3.000 rpm
  • Tracción: A las cuatro ruedas
  • Caja de cambio: Automática, ocho velocidades
  • Frenos del./tras.: Discos ventilados/discos ventilados
  • Dimensiones: 492 x 200 x 174 cm
  • Peso: 2.145 kg
  • Neumáticos: 255/55 R18
  • Maletero: 650 litros
  • Depósito de combustible: 80 litros
  • Velocidad máxima: 222 km/h
  • Aceleración 0-100 km/h: 7,5 seg.
  • Consumo medio: 7,1 L/100 k
  • Emisiones CO2: 187 g/km