BYD Dolphin: compacto, chino, eléctrico, asequible… y para nada exento de calidad o equipamiento
El BYD Dolphin es un coche compacto de 4,30 metros de longitud y propulsión 100% eléctrica. Está dotado de una batería de 60,4 kWh de capacidad útil, un motor de 204 CV (o 150 kW) y puede cargarse del 10 al 80% en unos 40 minutos. Está disponible desde 32.480 euros (antes de cualquier ayuda).
Además, la marca se compromete a anticipar la subvención del plan MOVES III a todos los compradores, y sin utilizar ningún producto financiero complejo (algunas marcas realizan un préstamo con una carencia de un año, lo que se vuelve un problema si la ayuda no llega a tiempo). En el caso del Dolphin, BYD asegura que simplemente va a descontar el dinero del precio, sin importar lo que tarde en llegar la ayuda. Eso significa que, hasta final de 2023, es posible comprar un Dolphin por 24.480 euros (si se achatara un coche).
En esas condiciones, el humilde Dolphin consigue convertirse en un coche muy interesante, ya que estamos hablando de un compacto más barato que, por ejemplo, un Seat Arona automático de 110 CV de potencia, que cuesta desde 26.470 euros. Pocas veces ocurre que un coche eléctrico sea más barato y más potente que una de las alternativas más vendidas de propulsión convencional. Que la autonomía eléctrica del modelo eléctrico en cuestión sea aceptable (con 60 kWh, viajar con el Dolphin es perfectamente viable) ya es del todo inédito.
No obstante, el 80% de los coches se venden financiados… y en ese sentido, BYD ofrece el Dolphin con una cuota mensual de 119 euros (con una entrada de 9.000 euros, a 36 meses y con 10.000 km anuales). De nuevo, es una cuota lo bastante baja como para que mero ahorro en combustible pueda compensarla.
Todo lo anterior, junto con un nivel de calidad, acabados, prestaciones, comportamiento y refinamiento del sistema multimedia y de los asistentes a la conducción que se sitúa sensiblemente por encima de la media hace del Dolphin un producto realmente interesante.

El BYD Dolphin por fuera: pragmático y no muy agraciado
Las consideraciones estéticas sobre cualquier modelo son una cuestión totalmente personal… y, en ese sentido, y sobre el Dolphin, sólo podemos aportar que en persona tiene el mismo aspecto que en las fotos. Si alguien requiere nuestra opinión subjetiva, diremos que nos parece menos atractivo que rivales como el MG4 o el Cupra Born.
El morro, con ese paragolpes prominente y el capó bitono de las versiones con acabado Design, le da al frontal del coche un aspecto extraño y enclenque que no nos acaba de convencer. Puede que parte de la explicación derive de que BYD ha introducido mejoras en el bastidor respecto de la versión comercializada en China (de la que ya se han vendido más de 500.000 unidades) con vistas a, entre otras cosas, mejorar el comportamiento en caso de choque.
EuroNCAP ha ensayado el Dolphin y ha obtenido unas calificaciones de 89% en protección frontal y de 85% en sistemas de seguridad de asistencia a la conducción, además de una nota global de cinco estrellas. Se trata de unas calificaciones mejores incluso que las del BYD Seal (una berlina grande) o el eléctrico Lexus RZ (que obtiene peores calificaciones en todos los apartados salvo en el de sistemas de asistencias a la conducción).
El diseño también hace que parezca más pequeño de lo que es realmente. Con 4,30 metros de largo, es igual de grande que un Dacia Duster o un MG ZS, y más largo que modelos como, por ejemplo, un Renault Captur o un Citroën C3. Es también más grande que, por ejemplo, el Volkswagen ID.3 (mide 4,26), y sólo dos centímetros más corto que el Cupra Born (que mide 4.322 milímetros de largo).
Aerodinámicamente, tampoco es un buen diseño… al menos, a juzgar por el Cx que declara BYD y que es de 0,30. Al menos, la anchura (de sólo 1,77 metros) y la altura ( de 1,57 metros, y al límite de lo que podríamos considerar un «turismo») son moderadas, de manera que la resistencia aerodinámica real puede que esté bastante contenida (en los eléctricos, ese factor tiene un impacto importante en la autonomía).

El BYD Dolphin por dentro: buena calidad, diseño y materiales
Por dentro, el Dolphin es un coche bien resuelto. La parte superior de puertas y salpicadero es de plástico duro, y probablemente sea el único detalle que mejoraríamos. En las zonas por debajo de ese plástico duro contamos con una especie de microfibra de buen tacto. Y en general, los plásticos usados parecen de una calidad a la altura del precio del coche.
La postura de conducción es buena. El volante cuenta con reglajes amplios, y los asientos sujetan el cuerpo bastante bien, sobre todo gracias a un respaldo bastante envolvente. Estos asientos, que cuentan con reglaje eléctrico de serie, conectan bastante bien al conductor con el vehículo, y cuentan con un tapizado de cuero sintético bastante aparente (especialmente en color azul).
El espacio en las plazas traseras es suficiente para que las rodillas de un pasajero de 1,85 metros de estatura no contacten con los respaldos delanteros. También hay suficiente espacio para introducir los pies bajos las banquetas delanteras, así como para la cabeza. La banqueta trasera es un poco baja y corta. La distancia entre ejes, de 2,70 metros, es similar a la que podemos encontrar en modelos como, por ejemplo, un BMW X1.
El maletero, de 345 litros de capacidad, podría ser más grande. Además, cuando se aprovecha todo el espacio (colocando la plancha que hace de suelo de maletero en la posición inferior), hay bastante distancia entre el borde de carga y el propio suelo.

BYD Dolphin en marcha: parece un eléctrico fantástico
En marcha, y por lo que hemos podido ver durante esta primera toma de contacto, el Dolphin parece un buen eléctrico en general… y muy bueno para el coste que tiene.
Los 60,4 kWh de capacidad de batería deberían de proporcionar como mínimo 300 kilómetros de autonomía a ritmos de autopista. Durante nuestra prueba, que discurrió por una mezcla de carreteras convencionales y autopista en pendiente ascendente, obtuvimos un consumo de alrededor de 17,5 kWh por cada 100 kilómetros.
Las prestaciones son más que suficientes. El Dolphin, con sus 204 CV, acelera con decisión hasta bien pasados los 120 km/h, y ofrece prestaciones más que sobradas para realizar adelantamientos en carreteras convencionales de doble sentido.
El tacto de dirección y freno es correcto. El freno podría tener un poco menos de mordiente, pero no requiere modular la frenada durante la detención. La dirección no es muy informativa, pero realiza su trabajo correctamente en términos de precisión y rapidez. La suspensión es blanda en el sentido de confortable (que no fofa) y hace que el coche sea muy fácil de conducir en cualquier tipo de vía. El Dolphin tampoco parece pesado… algo bastante lógico dado que, en rigor, se le puede considerar incluso un coche ligero: pesa 1.658 kilos (conductor incluido) de los que 420 kilos corresponden a la batería.
La regeneración es uno de los aspectos que podría estar más cuidados: BYD sólo ofrece dos niveles (Standard y High), seleccionables mediante un botón en la consola central. Otros rivales, como por ejemplo los dos modelos del grupo Volkswagen, ofrecen una regeneración adaptativa basada en cámaras y datos de cartografía que es mucho más evolucionada y que funciona muy bien.
También disponemos de tres modos de conducción (Eco, Normal y Sport) que ajustan las prestaciones y la respuesta del acelerador. La verdad es que no hemos tenido mucho tiempo ni interés en probarlos. En realidad, y en un eléctrico, los modos de conducción no resultan tan importantes.
Los sistemas de asistencia a la conducción (todos ellos de serie) parecen funcionar bastante bien. Hemos experimentado sobre todo con el mantenimiento de carril y el control de crucero por radar, y el desempeño nos parece bastante bueno. El hecho de que estos sistemas, junto con el avisador de ángulo muerto o las cámaras de visión trasera, se ofrezcan de serie refuerza aun más la excelente relación calidad/precio que ofrece este BYD Dolphin.
En cuanto a la recarga, el cargador embarcado ofrece 11 kW de potencia, mientras que la carga en corriente continua permite recargar la batería del 10 al 80% en unos 40 minutos… que es lo «habitual» cuando se trata de baterías de tecnología LFP. La batería está climatizada, al igual que el resto del coche, mediante una bomba de calor que también se incluye como equipamiento de serie (de hecho, BYD no contempla la posibilidad de fabricar un coche sin este equipamiento).
Hay algunas cosas dinámicas que nos gustaría mejorar, como un elevado ruido aerodinámico a partir de 100 km/h o unos amortiguadores que podrían ser más duros para controlar mejor el movimiento de la carrocería cuando se afrontan varios baches consecutivos. También nos gustaría contar con unas levas en el volante, o con regeneración adaptativa pero, en general, y en términos funcionales, el coche parece excelente bien resuelto.

La opinión de Autofácil…
En este primer contacto, el Dolphin nos ha parecido un coche francamente bueno. No es tan sofisticado como el BYD Atto3 o rivales como el Cupra Born o el Volkswagen ID.3… y eso sería un problema si tuviera un precio elevado.
La idea original de BYD era que este Dolphin costara desde 37.000 euros, que sería una cifra peligrosamente cerca a la de estos modelos con más presencia. Sin embargo, el descuento actualmente vigente, que sitúa el precio en 32.480 euros, junto con el hecho de que la marca anticipe el MOVES III sin ninguna clase de «condición especial», convierten al Dolphin en un coche terriblemente recomendable.