El Grupo Geely (Zhejiang Geely Holding Group) puede presumir de ser uno de los grupos automotrices más grandes del mundo. De hecho, son poseedores de las marcas Volvo, Polestar, Lotus o las más recientes Lynk & Co y ZEEKR. Gran parte de ellas son fabricantes de coches eléctricos y por eso mismo se explica el acuerdo que acaban de suscribir con la también marca china NIO en materia de tecnología de baterías.
Esta asociación permitirá a ambos grupos cooperar de forma íntegra en la producción de baterías, en la tecnología de intercambio de las mismas o en la expansión de la infraestructura de recarga. Que Geely haya elegido a NIO no es casualidad, ya que esta marca presentó a principios de año unas baterías con tecnología de estado sólido para sus coches eléctricos. A grandes rasgos, este tipo de baterías permiten una mayor densidad energética con un tamaño y un peso inferior, lo que se traduce en una mayor eficiencia y mejores cifras de autonomía.
Red de estaciones de intercambio de baterías para coches eléctricos en Europa

NIO también es una de las marcas chinas pioneras en introducir en suelo europeo una red de estaciones de intercambio de baterías. Más concretamente, ya cuenta con decenas de estaciones repartidas en los países de Noruega, Suecia, Alemania y Países Bajos. Con ampliaciones cada poco meses, NIO espera alcanzar las 120 estaciones para finales de 2023. Como propietaria de Volvo y Polestar, el acuerdo permitirá a Geely beneficiarse de esta red de estaciones, que califica como “la mejor solución de intercambio de baterías”.
En el documento firmado, ambas partes han acordado desarrollar de forma conjunta dos estándares de intercambio de baterías. El primero está pensado para vehículos privados y el segundo se orientará al sector del transporte. El acuerdo también confirma que ambas marcas fabricarán vehículos específicos y totalmente compatibles con las estaciones de intercambio de baterías.

Actualmente, NIO Power es el sistema de intercambio de baterías. Se trata de un programa de suscripción de baterías. El pago de una cuota asegura el suministro de baterías que, una vez se han agotado, deberán ser sustituidas por otras recargadas en las estaciones de intercambio. La propia NIO confirma el éxito de este sistema, indicando que ya se han llevado a cabo más de 32 millones de intercambios de baterías. Una de las ventajas de este sistema es que reduce el precio de los coches eléctricos al no contar con la batería en propiedad. Una solución que podríamos ver en futuros modelos del Grupo Geely, como el Volvo EX30.
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