El Control de Crucero Adaptativo (ACC) representa una revolución en el mundo del automóvil, no solo como un avance hacia la conducción autónoma, sino también como una mejora significativa en la seguridad y comodidad para el conductor. Este artículo se adentra en los entresijos del ACC, utilizando como ejemplo práctico el funcionamiento del tipo de Control de Crucero Adaptativo más sencillo que ofrece Seat: el ACC combinado con cambio de marchas manual que podemos encontrar en el Seat Ibiza.
En el caso del Ibiza, este sistema es de serie o opcional (incluido en un paquete de equipamiento llamado Safe&Driving M) por un coste de unos 200 euros. La evolución de los sensores empleados en estos sistemas ha conseguido que resulten realmente asequibles, convirtiéndolos en un elemento de equipamiento muy recomendable.
¿Qué es el Control de Crucero Adaptativo o ACC?
El ACC es un sistema avanzado que va más allá de mantener una velocidad constante, como lo hace el control de crucero tradicional. Este sistema ajusta automáticamente la velocidad del vehículo para mantener una distancia segura con el coche que va adelante, basándose en sensores y algoritmos complejos.
Historia y Evolución del ACC
El Control de Crucero o regulador de velocidad es un invento que se remonta a Estados Unidos en los años 40. El concepto moderno de control de velocidad fue concebido en 1945 por Ralph Teetor, un ingeniero mecánico que, a pesar de su ceguera, demostró una inventiva excepcional. La inspiración para su creación surgió de su experiencia personal al viajar con su abogado, cuya tendencia a alternar entre frenar y acelerar mientras conversaba le resultaba incómoda.
El resultado de la visión de Teetor se materializó por primera vez en el Chrysler Imperial de 1958. Este innovador sistema determinaba la velocidad del vehículo basándose en las revoluciones del eje de transmisión, ajustando automáticamente la posición del acelerador a través de una bobina para mantener una velocidad constante.
El concepto de ACC, un perfeccionamiento del Control de Crucero convencional, se remonta a 1997 con el lanzamiento del sistema Distronic de Mercedes-Benz. Inicialmente, estos sistemas eran costosos y se limitaban a vehículos de alta gama. Sin embargo, con el avance de la tecnología, especialmente en el desarrollo de radares y sensores más accesibles y precisos, el ACC se ha hecho más común en una amplia gama de vehículos.
Pruebas Prácticas con el Seat Ibiza
Para entender mejor cómo funciona el ACC en la práctica, en este vídeo hemos utilizado dos unidades del mismo modelo: un Seat Ibiza. El Ibiza fue elegido por su tamaño compacto y su coste asequible, lo que le convierte en una demostración tangible de que, si se trata de un vehículo basado en una plataforma lo bastante sofisticada, este sistema puede encontrarse en coches de cualquier segmento y rango económico.
De hecho, actualmente el Seat Ibiza puede adquirirse por precios que oscilan entre los 19.000 y los 30.000 euros (aproximadamente) o, mediante financiación, por una cuota que comienza en los 100€/mes (a través de un programa que Seat denomina Flex).
Tecnología y Configuración del ACC en el Seat Ibiza
- Sensores y Radar: El ACC del Seat Ibiza utiliza sensores de radar avanzados, capaces de detectar vehículos hasta una distancia de 170 metros, con una precisión de posición de unos 10 cm y una precisión de velocidad relativa de una décima de kilómetro por segundo.
- Modos de Funcionamiento del radar: El sistema cuenta con dos modos: uno de larga distancia y otro de corta distancia, permitiendo un seguimiento preciso tanto en autopistas como en tráfico urbano.
- Interfaz y Control: El ACC en el Seat Ibiza se maneja a través de una interfaz intuitiva ubicada en el volante, que incluye botones para ajustar la velocidad, la distancia de seguimiento y la activación o desactivación del sistema.
- Personalización: Los conductores pueden ajustar la distancia de seguimiento y seleccionar entre varios modos de respuesta del sistema, como Eco y Sport, para adaptar el comportamiento del ACC a sus preferencias de conducción.
Funcionamiento en la práctica
En el vídeo podrás comprobar cómo funciona el ACC, y cómo responde a diferentes situaciones del tráfico. Al activar el sistema y establecer una velocidad, el coche ajusta automáticamente su velocidad para mantener la distancia predefinida con el vehículo que va adelante. Esta capacidad es especialmente útil en situaciones de tráfico denso, donde el mantenimiento manual de la distancia segura puede ser tedioso y estresante.
A pesar de sus ventajas, el ACC no está exento de limitaciones. Por ejemplo, no es infalible en condiciones climáticas adversas o en situaciones donde los sensores pueden tener visibilidad limitada. Además, los conductores deben estar siempre atentos y preparados para tomar el control en cualquier momento, ya que el sistema no reemplaza la responsabilidad del conductor.
La opinión de Autofácil…
El control de crucero adaptativo ha recorrido un largo camino desde su introducción. Hoy en día, representa una tecnología clave en la transición hacia vehículos más autónomos y seguros. Por lo tanto, lo consideramos un sistema que podemos y debemos recomendar de manera vehemente, especialmente para aquellos conductores que recorren bastante kilómetros en vías interurbanas y autopistas.
[sf_btn type=»newsletter» txt=»¿Quieres recibir nuestra newsletter? Haz clic aquí» url=»https://news.luike.com/registro-autofacil-luike-news»]
