Aunque en la última ocasión […], conseguí que me firmara un parte de accidentes, no quiero esperar a tener la puerta en tan malas condiciones como para pedirle otro parte. La respuesta del vecino es que… espere a que sus hijos sean mayores porque, hasta entonces, seguirán golpeando la puerta.
Es más, en alguna ocasión, me ha llegado a decir que demostrara que los daños los habían causado sus hijos; que igual me habría podido suceder aparcando en la calle… Mi pregunta es sencilla: si el vecino no acepta realizar un nuevo parte de accidentes cuando se produzcan más golpes, ¿cómo debo actuar?» L. A.
Respuesta de Carlos Lluch, Director técnico de la correduría Lluch&Juelich:
Lo primero que te aconsejamos es que intentes recurrir a la buena fe y educación de tu vecino planteándole de nuevo tus quejas. Ahora bien, se si niega a dar un nuevo parte, te aconsejamos lo siguiente:
1.- Cada vez que te encuentres un nuevo daño en la puerta, envía a tu aseguradora un parte identificando como el vehículo contrario el de tu vecino -a través de su matrícula-. ¿Por qué debes hacerlo cada vez que se produzca? Porque las aseguradoras entienden como un golpe diferente… cada colisión que no ocurra en un mismo momento.
2.- La consecuencia es que, en poco tiempo, tu vecino tendrá varios partes de culpa a su nombre, con lo que su aseguradora, de cara a renovarle el seguro, le aumentará notablemente la prima o, en el peor de los casos, podría, incluso, rechazarle como cliente -en ese caso, al cambiar de compañía, la nueva investigaría su historial y, si le aceptan como cliente, lo harán a cambio de solicitarle una prima muy elevada-. Así las cosas, si él no se preocupa de no causarte daños por ‘educación’, sí lo hará porque le afectará ‘al bolsillo’.
No te preocupes porque pueda alegar que los daños no los ha causado él: cualquier perito demostrará que los daños en tu puerta y los del filo de la puerta de tu vecino ‘cuadran’ -ya que coincidirán la altura de los impactos, los restos de pintura, etc…- y la aseguradora de tu vecino tendrá que asumir tu reclamación… incluso si éste decide ‘hacerse el tonto’.