Hoy en día está en boca de todo el sector automovilístico la necesidad de crear coches eléctricos asequibles y urbanos. Pero los coqueteos con este tipo de vehículo vienen de atrás, del pasado milenio.
En un tiempo en que la preocupación por la contaminación comenzaba a ganar importancia con una crisis del petróleo que marcó el arranque de los ´70, BMW ya exploraba alternativas a los motores de combustión.
Esta preocupación se materializó por primera vez en 1972 con el BMW 1602 Elektro-Antrieb, un coche eléctrico utilizado durante los Juegos Olímpicos de Múnich. Basado en el BMW 02, del que todos conocemos el derivado Turbo de 2002, este proto eléctrico incluía una batería de plomo de 12,6 kWh, suficiente para permitir casi 60 km de autonomía. Según los diseñadores, esto era suficiente para realizar misiones de transporte durante el gran evento deportivo. A pesar de ser sólo un prototipo, sentó las bases para futuros desarrollos eléctricos.
Siguiente capítulo: años 90, cuando BMW sorprendió al mundo con un vehículo eléctrico pionero: el BMW E1. Fue en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1991 cuando BMW presentó el E1, un prototipo de coche urbano totalmente eléctrico diseñado desde cero.
Con su aspecto futurista, el E1 buscaba responder a las exigencias del programa ZEV-90 de la California Air Resource Board, que pedía que el 2% de las ventas de los fabricantes fueran coches eléctricos. El E1 no solo cumplía con esta normativa, sino que lo hacía en forma de un pequeño y práctico vehículo urbano de 3,46 metros de largo, ideal para reducir las emisiones en la ciudad.
Un BMW innovador técnicamente
El BMW E1 destacaba por su batería de sodio-azufre de 20 kWh, que alimentaba un motor eléctrico trasero capaz de entregar 44 CV (32 kW). Esto le permitía alcanzar los 120 km/h y tenía una autonomía de 200 km por carga.
Eso sí, su aceleración no era gran cosa: 0-80 km/h en 18 s. Aunque estos números puedan parecer modestos hoy en día, en los años 90 eran un gran avance. Además, el E1 podía recargarse en una toma de corriente convencional, un detalle que mostraba la practicidad del diseño.
A pesar de sus promesas, el BMW E1 nunca llegó a producción. Un trágico incendio mientras se cargaba destruyó el único prototipo meses después de su presentación.
Sin embargo, BMW no abandonó la idea y presentó una versión mejorada en 1993, el Z15, que incluía una variante híbrida junto a una eléctrica mejorada prestacionalmente. Aun así, el E1 no llegó a venderse debido a la relajación de las normas ZEV a mediados de los 90 y a otros retos que afrontar para la marca.
Síguenos en nuestras redes X, Facebook, TikTok e Instagram, o en nuestro canal de YouTube donde te ofrecemos contenidos exclusivos. Y si te apuntas a nuestra Newsletter recibirás las noticias más destacadas del motor.
