El puerto de Tianjin (China), gravemente afectado por las explosiones que tuvieron lugar la semana pasada en su zona, cesó temporalmente su actividad para con los fabricantes extranjeros de automóviles que utilizaban sus instalaciones, al ser uno de los puertos más importantes del mundo en materia de importación.
Especialmente afectada ha quedado Toyota, quien posee dos plantas cercanas al lugar de la catástrofe y otra que se abastece de ellas, teniendo que ser evacuadas las primeras y perdiendo una parte fundamental de su capacidad de fabricación, cifrada aproximadamente en 530.000 unidades al año.
Además, unos 8.000 automóviles de marcas como Volkswagen –con 2.700 unidades, la más afectada en este sentido-, Toyota, Nissan, Ford, Daimler, Renault, Hyundai –sobretodo vehículos de gama alta como Equus y Genesis- y BMW fueron destruidos, provocando pérdidas de miles de millones. Por desgracia para ellos, las explosiones tuvieron lugar en Tianjin, impulsor y motor económico de la región.
Aunque la Agencia Marítima de Tianjin ha dicho que el tráfico ha sido restaurado con normalidad, muchas embarcaciones han sido desviadas a puertos cercanos a pesar de tener que soportar mayores costes de transporte a la espera de que se verifique la seguridad al 100%.
