El fraude llevado a cabo por Volkswagen en Estados Unidos no parece que vaya a olvidarse fácilmente, como se deduce de los deseos del Ministro de Economía francés, Michel Sapin, quien aboga por la investigación de las actuaciones de más fabricantes de automóviles. Así, se une a Alemania –quiere vigilar a Volkswagen en Europa- y a Corea –igual, pero en el mercado asiático-.
La caída en bolsa de la firma de Wolfsburgo y las declaraciones forzadas de Michael Horn, el máximo responsable de Volkswagen en Estados Unidos, hacen presagiar malos augurios en las prácticas no solo suyas, sino en las de los demás, falseando cifras en función de sus intereses. De esta forma, Sapin considera necesaria esta investigación, al menos en lo que se refiere a las marcas francesas, aunque solo sea por una mera cuestión de transparencia.
A pesar de todo, se muestra convencido de que éstas no habrán actuado como los alemanes. De hecho, ha tildado estos hechos de muy graves, ya que se trata de la lucha contra la contaminación y de unas cifras determinantes a la hora de esgrimirlas como argumento de ventas. Por último, declara que todos los países europeos deberían comprometerse con esta investigación si realmente les interesa la buena conservación del medio ambiente.
