Los miembros de United Auto Workers (UAW) han otorgado a los líderes sindicales la autorización para convocar huelgas durante las negociaciones contractuales en curso con General Motors, Ford Motor y Stellantis, si es necesario llegar a ese extremo. Esta votación no significa una convocatoria automática de huelga, pero se trataba de un último y necesario paso para que la UAW pueda emplear esa palanca libremente durante las negociaciones, en las que se están exigiendo mejoras como un incremento de sueldo de más del 40% en los próximos cuatro años.
Según la UAW, un promedio del 97% de los miembros implicados en los fabricantes aprobó la acción, aunque en el momento de escribir esta noticia, y por la diferencia horaria con Estados Unidos, aún hay algunos votos que todavía no se han emitido. Esto está en línea con el apoyo durante las negociaciones de hace cuatro años, cuando el 96% de los trabajadores que votaron apoyaron la autorización para una huelga.
Esta autorización es el último paso de cara a poder utilizar la huelga como método coercitivo si la renegociación del convenio fracasa. La fecha límite para la firma de un nuevo convenio es el 14 de septiembre. Si no se llega a un acuerdo antes de esa fecha, el procedimiento habitual es que la UAW establezca una fecha límite a partir de la que se detendría toda la fabricación en las factorías norteamericanas de las marcas afectadas.
El presidente de UAW, Shawn Fain, ha sido mucho más partidario que los líderes sindicales anteriores sobre su capacidad para utilizar la huelga como arma en su arsenal contra las compañías durante las negociaciones. «Nuestro objetivo no es hacer huelga. Quiero dejar eso muy claro. Nuestro objetivo es negociar buenos acuerdos para nuestros miembros», dijo Fain.
Actualmente, la UAW agrupa a 145.000 trabajadores en Estados Unidos, repartidos entre Ford, General Motors y Stellantis, que tienen allí fábricas de RAM, Dodge, Jeep y Chrysler. Los trabajadores de Tesla no se encuentran sindicados, de manera que esta marca no se vería afectada por las medidas que se adopten.

¿Qué pide la UAW para evitar la huelga?
Las demandas del sindicato son mucho mayores que en las negociaciones anteriores entre las dos partes. Incluyen un aumento salarial del 46%, la restauración de las pensiones tradicionales, incrementos salariales para compensar la inflación, la reducción de jornada de las 40 a las 32 horas y la mejora de las pensiones.
Muchas de estas reivindicaciones tienen que ver con concesiones realizadas durante la crisis de las hipotecas en Estados Unidos, un período en el que los trabajadores realizaron grandes cesiones para evitar que los fabricantes norteamericanos General Motor y Chrysler quebraran (incluso con la ayuda de préstamos extraordinarios por parte del gobierno de EEUU).
Por ejemplo, los nuevos trabajadores incorporados desde 2007 a estas empresas no disfrutan de un plan de pensiones tradicional, con una paga mensual de por vida, sino de un plan «de tipo 401K», en el que recibirán un único pago el día de su jubilación.
Otra reclamación fundamental un incremento del sueldo en un 40%, distribuido a lo largo de cuatro años. Según la UAW, este es el incremento que ha experimentado el sueldo medio de los directivos de For, GM y Stellantis en estos últimos años.
Estas dos peticiones vienen acompañadas de otras pretensiones, como la reducción de la jornada laboral a 32 horas semanales distribuidas en cuatro días o garantías de que no se cerrarán fábricas ni se realizarán despidos como consecuencia de la transición a la fabricación de coches eléctricos, informan medios como la CNN o la CNBC.
La huelga en EEUU: una herramienta poderosa
El mecanismo de huelga en Estados Unidos, dentro de aquellas empresas en las que sus trabajadores se encuentras sindicados, es sensiblemente diferente al caso español. En Estados Unidos los trabajadores contribuyen mensualmente a un seguro de huelga, que sería el encargado de pagar los sueldos mientras durara la protesta. De esta manera, no se trata de una decisión individual y con «servicios mínimos», sino de un proceso mucho más lesivo y en bloque.
La UAW calcula que cada semana de huelga les costaría 75 millones de dólares por semana… y actualmente disponen de un fondo de huelga de más de 825 millones de dólares. Es decir, podrían parar la producción en Estados Unidos durante casi tres meses antes de que los trabajadores empezasen a «sufrir» por la decisión (los trabajadores recibirían 500 dólares a la semana)
Las consecuencias de la huelga dependerían de sus características (puede ser parcial o general y variar en función de la geografía) y su duración. En 2019, el sindicato se vio obligado a parar durante 40 días la producción de General Motors. En ese plazo, la americana calculó que se produjeron unas perdidas de 3.600 millones de euros.
Al cierre de esta noticia las cotizaciones de «los tres grandes» se mantienen estables. Sin duda se vivirán fluctuaciones a medida que avance septiembre. Con una tasa de inflación en EEUU del 7% en 2021 y del 6,5% en 2022, no parece que la UAW vaya a saldar esta negociación sin lograr mejoras importantes.
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