El Gobierno español abre la puerta a reconsiderar su posición de apoyo a los aranceles a los coches eléctricos chinos importados en el mercado europeo. «Estamos reconsiderando nuestra posición», ha admitido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su visita a China en relación con los polémicos aranceles impuestos por la Comisión Europea a punto de dejar paso a un nuevo equipo de eurocomisarios.
“Todos nosotros necesitamos reconsiderar. No necesitamos una guerra comercial, necesitamos construir puentes entre la UE y China, y lo que hacemos es reconstruirlos”, afirmó Sánchez en una rueda de prensa en Kunshan poco antes de acabar su visita oficial a China.
Sánchez se ha mostrado “convencido” de alcanzar “entre todos” una solución negociada que “contribuya a afianzar la relación entre China y la UE”, y agradeció la “actitud constructiva” de las autoridades chinas. Planteó la necesidad de “tratar de encontrar una solución, un término medio entre China y la CE”.
Término medio en los aranceles
Precisamente, los coches chinos pagaban hasta la implantación de los nuevos aranceles un gravamen general del 10%, mientras que los vehículos europeos que quieren entrar en el inmenso mercado chino tienen que pagar alrededor del doble.
A raíz de ese desequilibrio y de la rápida llegada masiva de modelos eléctricos chinos a la Unión Europea aprovechando el despegue del mercado, la Comisión Europea comenzó una investigación sobre lo que considera subsidios ilegales del Gobierno chino a las marcas del país. El resultado fue un arancel extra que llegaba al 38% que se sumaba al 10%, aunque posteriormente se ha suavizado.
Pedro Sánchez ha podido ver in situ varios de los fabricantes chinos que ya venden vehículos en Europa y que se plantean producir en el viejo continente, como BYD en Hungría y Chery en Barcelona mediante el montaje final. El presidente dio una “matrícula de honor” a los coches eléctricos chinos, que considera “francamente avanzados”. «Las grandes marcas europeas tenemos que aprender mucho de esas tecnologías y avances producidos por marcas chinas”, subrayó.
España se acerca al rechazo de Alemania
Al mismo tiempo, Sánchez ha mostrado su sorpresa por el inicio de una investigación por parte de China a la importación de productos derivados del cerdo procedentes de la UE, lo que afecta directamente a los productores españoles.
La rectificación esbozada por España contrasta con la defensa contundente de los aranceles que había hecho hasta ahora la vicepresidenta Teresa Ribera, que está a punto de dejar el Ejecutivo rumbo a la Comisión Europea. España se acerca así a la posición del bloque de países que rechazan los nuevos aranceles, encabezados por Alemania, el primer fabricante europeo de vehículos.
De hecho, una buena parte de fabricantes europeos han reclamado la marcha atrás en los aranceles al advertir de que es un sector muy globalizado con múltiples vínculos entre países y zonas geográficas, aunque defienden unas reglas de juego justas en el comercio internacional.
Advertencia de Seat
Una semana antes, el presidente de Seat, Wayne Griffiths, advirtió del sinsentido de los aranceles, que están perjudicando a modelos de marcas europeas como el Cupra Tavascan, desarrollado en Martorell pero que se produce en China por la política de reparto de plataformas entre plantas del grupo Volkswagen. Griffiths advirtió de que los aranceles sobre el Tavascan pueden poner en peligro la empresa Seat por la dificultad de vender eléctricos y conseguir los niveles de emisiones medias de CO2, lo que acarrearía cuantiosas multas en 2025. El directivo mostró su confianza en que el Gobierno español modificara su posición en relación con los aranceles.
La prensa china interpretó las palabras de Pedro Sánchez como una posición que servirá para «encontrar soluciones» sobre las tensiones arancelarias.
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