Después de muchos años de profesión, por alguna razón aún no me he convertido en un experto en Jeep. Sí en muchísimas otras marcas, pero no en Jeep. He conducido todos sus modelos, aunque por espacios cortos de tiempo en la mayoría de los casos. Y me fastidia porque sus coches molan, sobre todo si hablamos del mítico Wrangler, claro. Es más, salí de la finca Monte de Cutamilla pensando que necesitaba tener uno.
Pero bueno, fuimos invitados por la marca del Grupo Stellantis y lo pasamos en grande. Hubo varias actividades que trataré de resumirte para si en algún momento te interesa apuntarte a la Jeep Academy, cosa que en tal caso se anunciaría a través de su portal web y de sus perfiles en redes sociales.
Primeramente conducimos por una pista de tierra un coche que me encanta: el Jeep Compass Trailhawk 4xe. Es un todocamino, no un 4×4 auténtico, pero dentro del segmento SUV, es probablemente uno de los dos o tres modelos más capaces en cuanto a capacidades off-road se refiere. Hay una buena altura libre al suelo, tracciona de forma más que aceptable y en general se siente rígido y resistente a pesar de que, tengamos claro, no es un todoterreno.
Luego le siguió la prueba de un coche que aún no había conducido, el Avenger con motor de gasolina 1.2 turbo de 100 CV, que es a fin de cuentas el que más se venderá frente al eléctrico. Es un SUV urbano de 4,08 metros de largo y que me resulta vistoso en lo relativo a diseño. Dentro es ‘muy Stellantis de la rama francesa’, con muchas cosas que te resultan familiares, como el cuadro de mandos o el software multimedia. Está bien hecho en cuanto a calidades y conserva un módulo de mandos físicos para el climatizador, lo cual yo agradezco enormemente.
La conducción del Avenger transcurrió en un 80% por pistas de tierra, de modo que no puedo sacar conclusiones en cuanto a prestaciones o consumos, aunque lo cierto es que tiene bastante buena pinta.
Después de comer vino lo mejor de la jornada: hacer el burro con el Wrangler 4xe, que por su condición de híbrido enchufable no creas que es para pusilánimes, pues conserva todas las capacidades del Wranger previo a la electrificación, al menos en la clase de recorrido en el que yo lo probé. Bloqueos de diferencial, estabilizadoras desconectables, varios modos de conducción… con el Wrangler parece que hay pocas cosas imposibles fuera del asfalto.
Y, por último, vuelta a casa con el Avenger BEV 100% eléctrico, que equipa el nuevo grupo propulsor pequeño de Stellantis, esto es, el motor de 156 CV y la batería de 54 kWh de capacidad bruta. Este recorrido sí que supuso una prueba en condiciones más habituales, de modo que podemos sacar algunas conclusiones que ya preveíamos porque, a fin de cuentas, hay numerosos coches de Stellantis que equipan esta configuración.
En carretera, a 126 km/h sostenidos de marcador, el Avenger BEV registra un consumo que queda ligeramente por debajo de los 20 kWh/100 km, lo que le puede otorgar una autonomía real por carretera de unos 250 km. Por cierto, de este Avenger BEV existe una nueva oferta de financiación que pronto te contaremos…