Los mandos táctiles en los automóviles han sido una tendencia creciente en los últimos años, promovidos como la próxima evolución en ergonomía y tecnología para mejorar la experiencia del conductor. Sin embargo, junto con sus prometidas ventajas, también han surgido preocupaciones sobre su potencial para generar accidentes. A pesar de que es difícil cuantificar cuántos incidentes pueden estar relacionados con esta tecnología, existe al menos un caso documentado en el que un diseño defectuoso de mandos táctiles contribuyó a una tragedia de gran escala.
De forma bastante lógica, en Autofácil no solemos abordar cuestiones náuticas, pero esta vez vamos a hacer una excepción para centrarnos en la colisión de 2017 entre el destructor militar estadounidense USS John S. McCain y un petrolero, un accidente que resultó en la muerte de 10 marineros y un costo de reparación estimado en 100 millones de dólares. En el corazón del problema, un fallo de diseño en un sistema de control táctil que jugó un papel crucial en el desastre.
Este incidente puede servirnos para extraer lecciones sobre cómo deben ser los mandos táctiles y, mas importante aún, qué características y defectos deben evitarse a toda costa.
Centrarnos en un accidente entre un barco de guerra y un petrolero puede parecer peregrino a priori… pero recurrir a este ejemplo deriva de un déficit fundamental: el de una correcta y exhaustiva investigación de accidentes entre vehículos.
Uno de los motivos de este déficit es que, a diferencia de la aviación y la navegación, donde se utilizan cajas negras para registrar cada detalle antes de un incidente, los automóviles carecen de sistemas tan exhaustivos. Aunque algunos vehículos modernos incluyen registros electrónicos de eventos, estos no siempre proporcionan la profundidad necesaria para realizar un análisis detallado de las causas de los accidentes.
Un segundo motivo es que los informes de accidentes de tráfico a menudo se centran en factores visibles como errores humanos, condiciones de la carretera o fallos mecánicos, sin prestar suficiente atención a posibles problemas en los sistemas de control del vehículo.
¿Puede un pulsador táctil estrellar un barco?
En el caso del USS John S. McCain, el diseño del sistema táctil contribuyó directamente al caos que precedió al accidente. Los controles de la embarcación se habían simplificado demasiado, perdiendo la claridad que proporcionaban los controles físicos tradicionales. Un solo checkbox en una pantalla táctil, mal etiquetado y mal diseñado, desató una cadena de eventos que resultó en la pérdida del control de la nave.
En el contexto de los automóviles, un mando táctil mal diseñado puede generar confusión, hacer que el conductor realice acciones incorrectas o, peor aún, que no pueda reaccionar adecuadamente ante una emergencia.
Mandos como el selector táctil de desplazamiento de Tesla, que además incorporan inteligencia para «obrar por su cuenta«, son campo abonado para el desastre si no se ejecutan correctamente, priorizando simplicidad, intuición y usabilidad.
USS McCaine: Anatomía de un desastre
El incidente del USS John S. McCain, que tuvo lugar en 2017, ha sido objeto de múltiples investigaciones. En su informe final, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) identificó fallos en el diseño del sistema de control como un factor clave en el accidente. El destructor, dotado de un sistema táctil para el manejo de la navegación y la propulsión, sufrió un fallo cuando la tripulación perdió el control de la embarcación debido a la desconexión de un checkbox que deshabilitaba la sincronización de las dos hélices propulsoras, generando una desviación de rumbo que resultó fatal.
Durante tres minutos cruciales, la tripulación no supo que los propulsores estaban desincronizados, lo que hizo que el barco se desviara hacia la trayectoria de un petrolero, resultando en la colisión fatal. Lo más alarmante fue que el diseño del sistema no proporcionaba retroalimentación clara ni advertencias suficientes sobre lo que estaba sucediendo.
Lecciones para el diseño de mandos táctiles
El caso del USS John S. McCain ofrece lecciones valiosas para el diseño de interfaces en vehículos. La primera y más importante es que los mandos táctiles, aunque pueden ser eficientes y modernos, deben ser extremadamente grandes, intuitivos y fáciles de operar, especialmente en condiciones de estrés.
Es esencial que los mandos táctiles sean fáciles de accionar sin requerir que el conductor desvíe su atención de la carretera. Además, su función debe ser inmediatamente comprensible, incluso para alguien que no haya recibido formación específica en su uso.
Uno de los problemas más graves en el accidente del USS John S. McCain fue la falta de comprensión por parte de la tripulación sobre cómo funcionaba el propio sistema de su barco, hasta el punto de que solían operarlo en manual (algo en absoluto recomendado) cuando existía una modalidad automática mucho más sencilla y segura.
Finalmente, cuando los sistemas son complejos, deben incluir textos explicativos claros que guíen al usuario y garanticen que entiende las implicaciones de las acciones que está ejecutando. La seguridad no debe depender únicamente del entrenamiento; un buen diseño puede y debe ser una primera línea de defensa contra los errores humanos.
En opinión de Autofacil…
La maniobra de Tesla, incorporando el control de desplazamiento en la pantalla táctil de sus modelos, y dejando al coche decidir hacia donde debe moverse, ha cruzado la última línea roja de los sistemas táctiles, permitiendo que una pulsación afecte ala trayectoria del vehículo.
Sin embargo, y antes de esa, hemos cruzado otras muchas líneas con los sistemas de asistencia a la conducción, que incorporan funciones ajustables mediante menús que, a menudo, están enterrados dentro de otros menús y adoptan denominaciones comerciales que no describen de manera intuitiva las funciones.
En la actualidad, es posible ajustar desde la regeneración adaptativa hasta la cantidad de km/h que podemos exceder la velocidad máxima de la vía sin recibir una advertencia, y pasando por funciones como distintos tipos de frenada automática de emergencia. Si esos controles no se ciñen a los principios de intuitividad y diseño seguro, se producirán incidentes que pasarán desapercibidos hasta que llegue «el gran incidente» que ponga este problema bajo el foco. Y, para entonces, ya llevaremos mucho daño causado.
