Prueba McLaren 620R: un coche de circuito para la carretera

Richard Meaden
Richard Meaden

El nuevo McLaren 620R es, en esencia, la versión de calle del coche con el que compite la marca en la categoría GT4... pero con un poco más de potencia. Con una configuración tan radical, ¿será igual de bueno tanto dentro como fuera de un circuito?


Hay que reconocer que McLaren es la marca más activa en los últimos años, al menos en cuanto a novedades presentadas en el segmento de deportivos. Tal ha sido la prodigiosa producción de la firma británica en los últimos años, que resulta realmente complicado seguir el ritmo de presentaciones de modelos nuevos. Sport Series, Super Series, Ultimate Series, C, S, GT, LT, Spider, Senna y Speedtail. Los hemos visto y probado todos. Y, sin embargo, ninguno de ellos se parece a este 620R.

Bueno, matizo. Sí hemos visto algo similar en forma de 570S, pero lo que sí es cierto es que el 620R es un nuevo tipo de McLaren. Uno con un auténtico pedigrí de carreras.

Dado que el nombre McLaren es uno de los pilares de la historia del automovilismo, esto puede parecer una afirmación extraña pero, hasta ahora, los coches de carretera de McLaren han sido sólo eso. Coches de carretera. Aunque con un rendimiento extraordinario. Con el 620R, McLaren entra en un nicho exigente. Uno en el que la pureza, el rendimiento, la deseabilidad y la autenticidad lo son todo.

McLaren_620R trasera

Trataremos el tema del rendimiento y la deseabilidad en un momento, pero sólo tienes que observar el 620R y mirar a través de sus extremas especificaciones para saber que tiene la pureza y autenticidad para enfrentarse a lo mejor de lo mejor. Esta es la última entrega de los Sport Series de McLaren antes de que llegue la nueva generación. Por tanto, el 620R es la culminación de años de aprendizaje, y un modelo que se percibe al instante que es el que el equipo de ingenieros estaba ansioso por hacer desde hace tiempo.

En pocas palabras, el 620R es la versión para circular legalmente por la calle del 570S GT (sólo se construirán 225 unidades). Propulsado por el omnipresente 3.8 V8 biturbo de la marca, la potencia aumenta hasta los 620 CV y 619 Nm, lo que le convierte en el modelo más poderoso de la familia Sports Series.

El paquete aerodinámico, con un alerón trasero ajustable en tres posiciones, es capaz de generar hasta 185 kg de fuerza contra el suelo a 250 km/h, mientras que la suspensión cuenta con los amortiguadores del GT4 con ajuste manual, además de llantas monotuerca y la posibilidad de montar neumáticos slick en opción. Un interior con lo mínimo imprescindible completa los titulares de este modelo, aunque existen una infinidad de detalles en los que fijarse.

‘Se nota que este es el coche que los ingenieros querían hacer desde hace años’

La presentación a los medios de este modelo es más que apropiada, ya que la marca nos deja probarlo tanto en carretera como en el circuito británico de Snetterton. Se trata de uno de los trazados preferidos por los equipos de carreras como lugar de pruebas debido a su combinación de curvas de baja, media y alta velocidad, además de una recta bastante decente y grandes áreas de frenado. Digamos que es el lugar ideal para conducir un automóvil tan rápido como el 620R.

Lo cierto es que la ruta por carretera no es que vaya a ser memorable, pero servirá para establecer si el 620R es demasiado insufrible para ser habitable durante más de 20 minutos, o si resulta eficaz pero al mismo tiempo divertido. No obstante, pretendemos conducirlo más tiempo de lo que dure el evento de la marca.

McLaren_620R

Las decoraciones de coches de carreras trasladadas a coches de calle no suelen funcionar, al menos en mi opinión. Y la limitada oferta en este sentido que ofrece McLaren, con tres colores (naranja, blanco o negro) junto con unas líneas heredadas del GT4 de carreras, no hace sino abaratar el aspecto de lo que es sin duda un aparato muy serio. Por otra parte, igual esto es una maniobra deliberada para que los clientes tengan que pasar por el departamento de operaciones especiales de la firma que, por una módica cantidad de dinero extra, seguro ofrecerá otros colores y detalles para decorar la carrocería.

Pero todo esto se olvida en cuanto abres la puerta y te dejas caer en el asiento del conductor. Hay fibra de carbono por todas partes… y no mucho más. Tienes la sensación de estar a bordo de algo vacío, incluso con un poco de eco, como si estuviéramos en una sala de estar sin muebles. Sin alfombrillas ni plásticos blandos, se respira un ambiente de carreras y totalmente minimalista. Los asientos de carbono procedentes del Senna casi parecen devorarte, con zonas estratégicamente acolchadas para ofrecer agarre y comodidad en puntos muy concretos del cuerpo.

También tenemos un arnés de seis puntos por si usamos el 620R en circuito y un cinturón de carrete convencional para conducir en carretera. Además, llaman la atención unas elegantes correas que sirven para cerrar las puertas, y una nueva consola central diseñada para que el conductor pueda alcanzar todos los interruptores principales incluso cuando sólo pueda realizar movimientos limitados si está usando el arnés de seis puntos.

El motor V8 de McLaren nunca había sonado tan melódico, aunque queda esa especie de ruido industrial que me recuerda mucho al que emitía el P1. Alguno de los elementos de fibra de carbono vibran al ralentí, como si el coche estuviera vivo, transmitiendo energía incluso en parado.

McLaren_620R_interior

En los últimos años, McLaren ha sabido afinar con maestría el tacto y el carácter de sus modelos. Hasta ahora, el 600LT era el más destacado de todos los que había probado, pero el 620R no tiene nada que envidiarle en cuanto al control de los pesos, tasa de respuesta y una sensación inmediata de conexión. Conducir este coche por carretera es algo especial, con una amortiguación muy firme y una dirección súper directa. Sabes que estás a los mandos de algo único tan pronto como gira una rueda.

De carreras

Las primeras sensaciones son curiosas, ya que si bien se agradece la dureza de todos los mandos y controles, el propio coche transmite ligereza. Con un peso en vacío de 1.386 kg y unos amortiguadores con múltiples ajustes, el 620R es capaz de procesar pequeñas órdenes transmitidas desde el volante y traducirlas en una respuesta inmediata y precisa.

Para usarlo en carretera, el 620R lleva unos neumáticos de corte híper deportivo: se trata de unos Pirelli P Zero Trofeo R, capaces de agarrarse al asfalto como lapas. Si seleccionas los modos de conducción más agresivos, el coche empieza a despertar gracias a que el acelerador responde de manera instantánea y los cambios de marcha se suceden con la misma rapidez con la que una metralleta es capaz de disparar. La analogía con un arma no es mala, ya que en realidad el 620R se muestra como una herramienta que combina de manera magistral rapidez y precisión. Resulta increíble la habilidad que muestra para ir exactamente por donde apuntas con el volante.

McLaren_620R

Donde con un 600LT tienes una ligera sensación de deriva y sientes que el eje trasero tiene ganas de entrar en juego cuando alcanzas su límite, en el 620R notas como va clavado a la carretera. Se siente muy ágil y estable, siendo capaz de generar tal cantidad de fuerza lateral que resulta difícil de creer.

Normalmente pondría alguna pega en cuanto a que un coche se muestre tan estable en carretera, ya que suele requeririr de una máxima concentración para acceder a ese punto de entretenimiento que tanto nos gusta en esta publicación. Pero gracias a que el 620R es más ruidoso y menos refinado que otros productos de la marca, el disfrute se logra más con la experiencia en conjunto que con el ritmo al que podemos circular. El caso es que no hace falta ir como un loco para divertirte con este coche.

‘Son tales las capacidades de este McLaren, que cuesta creer que lo puedas conducir por la calle ‘

Parte de esta diversión proviene de la toma de aire opcional en el techo, que dirige el aire frío hacia el motor. Al igual que en el P1, este elemento genera todo tipo de silbidos y gorgoteos, como si fuera una especie de cruce entre una turbina de un helicóptero de combate y Darth Vader con un resfriado (dependiendo de lo que pises el acelerador y de lo que entren en juego los turbos). Esto añade matices únicos a una banda sonora agresiva, aunque gran parte de la misma queda tapada por el ruido de rodadura, especialmente cuando circulamos por superficies rugosas. Este no es uno de esos coches que fomente la conversación con el pasajero… y hace que la opción (sin coste) del equipo de sonido no tenga sentido.

Teniendo en cuenta que muchas de las transmisiones secuenciales que se manejan a través de levas no siempre se muestran permisivas con los cambios de marcha más agresivos… y hay que tener cierta maña para que actúen como quieres, lo cierto es que manejar la del McLaren es un gustazo. Su tacto es mecánico y su accionamiento va acompañado de un sonoro clic que provoca una gran satisfacción. El funcionamiento de la transmisión es tan bueno, efectivo y rápido, que posiblemente sea la mejor que hemos manejado de las de doble embrague, incluida la de Ferrari.

McLaren_620R

Otro punto a analizar son los frenos. Puedes esperar e incluso perdonar un sistema con una respuesta ligeramente comprometida para el uso en carretera, dado que está pensado para dar lo mejor de sí en circuito (donde los discos alcanzan con mayor facilidad su temperatura de funcionamiento adecuada); pero en el caso de los frenos cerámicos del 620R ofrecen una buena mordiente y resultan progresivos incluso a ritmo de carretera, sin tener que ejercer una excesiva presión sobre el pedal. Esto termina de configurar una experiencia de conducción en carretera intensa, sensorialmente abrumadora, y muy alejada de resultar desagradable o intolerable.

De vuelta al trazado de Snetterton con una imagen bastante clara del comportamiento y la dureza general que transmite en carretera el 620R, es hora de coger una de las unidades preparadas para rodar en pista. Equipado con slicks fabricados a medida por Pirelli para adaptarse a las llantas de 19 y 20 pulgadas del 620R, el alerón trasero ajustado en la segunda de sus tres posiciones (en la ruta por carretera estaba en su posición de menor carga aerodinámica) y los amortiguadores colocados con una docena de clics adicionales de dureza respecto a su ajuste para carretera, McLaren nos asegura que esta es la configuración óptima para este circuito. La marca también ha traído hasta aquí a varios de sus conductores de pruebas para darnos instrucciones y asegurarse de que todos los 620R regresen al pit lane sanos y salvos.

Los circuitos suelen provocar que la sensación de velocidad sea menor que fuera de ellos en casi todos los coches… excepto los más rápidos; y es que este 620R no parece más lento aquí dentro. De hecho, acelerando por la recta principal parece todo lo potente que promete ser. Uno de los consejos de los pilotos de pruebas es que calentemos correctamente los neumáticos, ya que de lo contrario puede que en la primera curva el coche no gire todo lo que deba. Al principio empiezo tímido con las maniobras y no consigo la temperatura adecuada, pero pronto me doy cuenta de que tengo que mostrarme más agresivo en mis movimientos.

McLaren_620R_interior

Requiero de un pequeño periodo de aclimatación, en parte para ganar confianza cuando los neumáticos empiezan a funcionar, y también para después averiguar dónde está el límite de adherencia. Pronto descubro que el 620R es un poco como en carretera abierta, donde tanto el subviraje como el sobreviraje son inexistentes. Después de unas vueltas al circuito, empiezo a notar dónde están los límites de agarre en las curvas y de tracción a la salida de las mismas.

Son tales las capacidades del 620R, que pronto se te olvida que en realidad estás conduciendo un coche que se puede usar legalmente en una vía pública. Y es que en todo momento tu cabeza te dice que estás al volante de un coche de competición. Al final acabas poniendo el modo carrera y atacas las frenadas y los giros sin piedad, maldiciendo a veces por qué no aceleraste antes a la salida o atacaste el vértice de una curva de forma más directa para ganar unas décimas.

‘El 620R se muestra como una herramienta que combina de manera magistral rapidez y precisión’

Lo bueno del 620R es que parece adaptarse a tus habilidades al volante y mejora contigo. Y tengo que admitir que es brutalmente divertido sobre todo cuando decido configurar el control de estabilidad en su modo más permisivo. Como es lógico, hay que tener más cuidado a la hora de pisar el acelerador y corregir la trayectoria más veces, pero también hay un mayor grado de libertad y una mejora significativa en el ritmo.

McLaren_620R

Después de un rato, tengo que admitir que empiezo a subir demasiado mi ritmo, algo que corrobora la telemetría con la que cuenta el coche, por lo que decido levantar el pie, dar una vuelta más despacio para refrigerar todo y entrar en los boxes.

¿Es igual de rápido que el 570S GT4 de competición? McLaren admite que hay poca diferencia entre ellos cuando montas slicks en el 620R, aunque con las Trofeo R la diferencia aquí es de 3 segundos por vuelta a favor del GT4. No obstante, es alucinante que la marca venda un coche de calle capaz de hacerle sombra a uno de competición de una manera tan descarada.

El 620R es algo sensacional. Un coche de nicho, sí, pero cuya gran cualidad es que se trata de un coche de carreras ligeramente atenuado más que un modelo de carretera preparado para rodar en circuito. Es una versión de despedida perfecta de los actuales Sport Series y un automóvil capaz de compararse con los mejores.

Ficha técnica del McLaren 620R 2021

  • Motor: 8 cilindros en V twin-turbo, 3.799 cc
  • Potencia: 620 CV a 7.500 rpm
  • Par: 620 Nm a 5.500-6.500 rpm
  • Velocidad máxima: 322 km/h
  • 0-100 km/h: 2,9 segundos
  • Peso: 1.386 kg (2,23 kg/CV)
  • Precio: 330.000 euros (aprox.)
  • Cambio: Automático
  • Tracción: Trasera