Quizá nos intentaron hacer transitar demasiado rápido hacia esto de los coches eléctricos. Y eso que los primeros intentos de coche eléctrico tienen más de 100 años.
Pero fue hace unos 15 años cuando la cosa parecía que se iba a empezar a tomar en serio. Recuerdo, por poner un ejemplo, esos primeros Renault, o esos primeros Nissan Leaf que parecían de otro mundo con sus autonomías de apenas 100 km y con una fiabilidad que a la postre no sería la mejor. Nada que ver con lo que fabrican hoy en día esas dos marcas.
Y ahora parece que quedan pocos años para que todo sea eléctrico, aunque por suerte quien corta el bacalao comienza a recular retrasando ese momento para que esté mejor ajustado. Tiene que llegar pero, ¿cuándo y cómo?
Y en esas nos vemos en la actualidad, con decenas y decenas de modelos eléctricos ya a la venta. Casi todas las marcas ya tienen al menos uno, sino dos, tres, o muchos más. Pero, ¿cuál es el mejor?
Para mí, más que hablar de cuál es el mejor coche eléctrico, hay que hablar de cuál es el mejor tipo de coche eléctrico. Porque todo el mundo querría tener un Porsche Taycan, está claro. O un Audi e-tron GT. O un Mercedes EQS.
La cuestión es hasta qué punto tiene sentido un eléctrico de casi 1.000 CV de potencia. O uno de dos toneladas y media largas de peso. ¿Son una pasada? Sin duda alguna. ¿Tienen el foco en el sitio correcto? Yo ahí creo que no.
Un deportivo eléctrico puede correr más que uno de gasolina. Mucho más. Pero no transmitir lo que transmite uno de gasolina. La escenografía es otra. Una mucho más estéril e insípida.
Del mismo modo que una berlina de lujo eléctrica puede ser incluso más confortable que una de gasolina, pero no puede ofrecer las mismas cualidades ruteras por su menor autonomía.
Luego están los coches ‘de clase media’. Un Renault Megane E-Tech, un Cupra Born o un Peugeot E-2008, por citar algunos. ¿Tienen sentido? Yo creo que sí como coches de uso diario, pero no como coches de uso total porque para largas distancias siguen teniendo limitaciones frente a las alternativas de combustión, aunque cada vez menos.
Yo siempre digo «con un eléctrico te puedes cruzar Europa, pero te lo tienes que tomar con calma». Y no hay mayor verdad. Hoy en día hay ya una red de carga bastante rica y hablo de nuestro propio país. Pero quieras que no, viajar con un eléctrico requiere más tiempo que hacerlo con un coche de combustión.
Pronto eso cambiará. Podrás viajar a velocidades para que te multen y parar a cargar en diez minutillos. Pero de momento, ni una cosa ni la otra.
Y llegamos a la respuesta a la pregunta: ¿qué coches eléctricos son los mejores? Yo no tengo ninguna duda al afirmar que los pequeñitos. Citroën ë-C3, Hyundai Inster, Renault 5, Fiat 500e… Todos ellos cuestan entre 20.000 y 30.000 euros, que ya es un precio asumible, y tienen fantásticas cualidades como coche cotidiano.
Son económicos, gastan muy poco, son muy manejables… Pongamos un ejemplo de dinero. La batería del Citroën ë-C3 es de 44 kWh. Esa capacidad te garantiza unos 250 reales km en uso urbano. Si cargas el coche en tu casa en tarifa benévola, por ejemplo a 0,10 euros el kWh, puedes llenarlo por 4,4 euros.
250 km por 4,4 euros. Eso no hay quien lo iguale. Compáralo con lo que te gastarías con el Citroën C3 de gasolina, versión mucho más barata, eso sí, pero que precisa de unos 14 litros para recorrer 250 km, es decir, 23 euros, es decir, cinco veces más que el eléctrico.
Sin duda el coche eléctrico pequeñito es el mejor coche eléctrico y el complemento ideal para otro tipo de automóvil. Las cualidades de un coche eléctrico pequeño para el día a día son, al menos a día de hoy, literalmente insuperables.
Síguenos en nuestras redes X, Facebook, TikTok e Instagram, o en nuestro canal de YouTube donde te ofrecemos contenidos exclusivos. Y si te apuntas a nuestra Newsletter recibirás las noticias más destacadas del motor.
