Mercedes-Benz GLA 2020: estos son los secretos de sus motores

El Mercedes-Benz GLA 2020 se va a comercializar, por el momento, con dos motores de gasolina, dos diésel y con una versión híbrida enchufable. También se han mostrado ya las imágenes y los datos de los deportivos AMG GLA 35 de 306 CV y AMG GLA 45S de 381 CV.

Dejando de lado a los AMG, el motor de acceso a la gama será el que anime al Mercedes-Benz GLA 200. Se trata de un 1.3 Turbo de cuatro cilindros de origen Renault-Nissan. Es un motor que ya ofrece el Clase A y, en ambos casos, se trata de la variante más potente de este propulsor: el de 163 CV. Conocido internamente como M282, este motor de inyección directa cuenta con un sistema de desconexión de cilindros, de manera que puede circular utilizando sólo dos de sus cuatro cilindros cuando no se está acelerando para reducir en lo posible el consumo de carburante.

Es un sistema que también emplea, por ejemplo, el motor 1.5 TSI del Grupo Volkswagen. Gracias a esto y al empleo de un cambio automático de siete velocidades con doble embrague, este GLA declara una cifra de 6,7 L/100 km de consumo, que está a la altura de sus principales rivales.

La versión híbrida enchufable, denominada 250e, emplea también este mismo motor 1.3 Turbo pero, además, emplea un propulsor eléctrico de 102 CV con una batería de 15,6 kWh con el que declara una autonomía eléctrica de 61 km.

El Mercedes-Benz GLA 250, con 224 CV

El otro motor de gasolina es el de la versión 250. Se trata de un 2.0 de cuatro cilindros que cuenta con una potencia de 224 CV. Este motor va unido a un cambio automático de ocho marchas y doble embrague, y puede contar con tracción delantera o total.

Este motor, denominado M 260, emplea un bloque fabricado en fundición de aluminio y con camisas de fundición gris. Se caracteriza porque la parte inferior de los cilindros es más ancha que la superior, por lo que tienen una forma cónica. Según Mercedes, esto ayuda a disminuir la fricción interna de los pistones y esto, combinado con un aceite de baja fricción entre otros detalles, ayudan a rebajar el consumo de carburante. Gracias a ello, y pese a su potencia, este motor declara un consumo de 6,5 L/100 km en la versión de tracción delantera y de 7,6 L/100 km en las de tracción total, algo que le sitúa también a la altura de sus rivales.

Otros detalles a destacar son los árboles de equilibrado con los que cuenta para reducir las vibraciones y favorecer la suavidad de funcionamiento; así como el diferente diseño de los canales de refrigeración de los pistones para soportar las posibilidades prestacionales del motor. Este propulsor también cuenta con distribución variable en las válvulas de admisión, un sistema que Mercedes denomina Camtronic, utiliza un sistema de inyección directa con inyectores piezoeléctricos y emplea un filtro de partículas. Ninguna de estas tres cosas son una gran novedad, pues ya hace tiempo que lo emplean otros motores.

¿Y qué pasa con los Mercedes-Benz GLA diésel?

Para las variantes diésel, el GLA se va a servir del motor OM 654q con dos niveles de potencia: 150 y 190 CV. Es un 2.0 de cuatro cilindros en ambos casos, va asociado al mismo cambio automático de ocho marchas y doble embrague del 250 y se pueden combinar tanto con tracción delantera como total.

Como curiosidades, las paredes de los cilindros de este bloque están tratadas con un procedimiento denominado Nanoslide que facilita el deslizamiento de los pistones contra las propias paredes de los cilindros.

Como ocurre en todo este tipo de motores, Mercedes ha intentado colocar los sistemas de tratamiento de los gases de escape lo más cerca posible del colector de escape para mejorar su eficiencia, pues ahí la temperatura de los gases es más elevada. Estos motores cuentan con un depósito de AdBlue.