Hay quien dice que se dio cuenta de que se empezaba a hacer mayor cuando tuvo su primer hijo; otros, cuando pasaron de los 30, de los 35 o de los 40. Incluso, algunos afirman que la vida les cambió el día que su abono transporte dejó de ser joven, algo que ocurre con sólo 21 añitos. Lo cierto es que hay todo tipo de teorías, pero yo me he dado cuenta de que empiezo a tener cierta edad cuando mi médico, después de un chequeo rutinario, me ha dicho que va siendo hora de que empiece a cuidarme. «Tienes que beber más agua, reduce el consumo de sal, evita las comidas grasientas, ve cambiando los embutidos por pechuga de pavo…». ¿Qué será lo siguiente? ¿Que me compre un Mercedes?
Hace 10 años, la respuesta habría sido que ni de broma. Pero, por fortuna, hoy la imagen de Mercedes está cambiando a pasos agigantados. Sus últimos modelos, sobre todo la familia B-A-CLA-GLA, le han dado un toque de modernidad y juventud a la marca.
Técnica a régimenEl nuevo Clase C ha logrado reducir su peso frente al anterior C en unos 100 kilos, en función de la versión. Para lograrlo, en Mercedes han optado por utilizar aluminio tanto en el chasis -que combina acero con componentes de aleación de aluminio, unidos mediante adhesivos– como en la mayor parte de la carrocería, en las puertas, y en estructuras como las copelas de los cuatro amortiguadores. En peso, la proporción de aluminio en chasis y carrocería ha pasado del 4% -en el anterior Clase C- al 24%. |
Por eso tenía ganas de probar su nuevo Clase C, la berlina media de la marca y la de más éxito, porque ellos afirman que sigue la filosofía del Clase A.
Echar un vistazo al dossier de prensa significa comprobar que cuenta con lo último en tecnología, e incluso uno llega a pensar que el mando giratorio y táctil que controla los diferentes menús de la pantalla central está pensado, en parte, para ahuyentar a los más mayores.
Después, cuando te subes al coche y te pones a trastear con él, no tardas en descubrir que es bastante intuitivo; y, para que no te distraigas en marcha, las funciones principales de la radio o del climatizador se manejan desde la consola central. Sin embargo, lo que más llama la atención del interior no es este mando, sino lo bien terminado que está el Clase C por dentro.
Los materiales son agradables al tacto, todo está perfectamente encajado y ajustado y hasta los diferentes botones tienen un tacto sólido y agradable que no dejan de confirmarte que estás en un coche muy bien hecho. Detrás sigue siendo un modelo para que dos adultos viajen a gusto, intentar acomodar a un tercero no es del todo buena idea. Y el maletero, con 480 litros, ofrece exactamente la misma capacidad que un Audi A4 y un BMW Serie 3. ¿De verdad crees que es una simple casualidad?
Es hora de darse una vuelta por la Route de Les Cretes, en la localidad francesa de Cassis, en plena Costa Azul. Me han dicho que es un tramo interesante, así que pongo en marcha el motor 2.0 Turbo de 211 CV para dirigirme hacia allí. El propulsor es silencioso, y tampoco transmite la más mínima vibración. Tiro hacia abajo de la palanca del cambio automático de siete marchas 7G-Tronic Plus –que promete reducir el consumo en un 7%– , que va ubicada tras el volante –’a la americana’– y comienzo a circular. El Mercedes C250 es todo suavidad. La respuesta de este cuatro cilindros es progresiva y sedosa, el cambio pasa de una marcha a otra con dulzura, y la suspensión Airmatic de esta unidad se traga las irregularidades de las calles de Cassis sin que se noten mucho en el interior. Muy agradable.
Nada más salir de Cassis, encuentro los primeros carteles que me dirigen hacia la Route de Les Cretes. Las marcas negras que veo en el asfalto me dejan claro que, no hace mucho, por aquí se ha debido disputar un rallye. Esto promete. Pulso el mando que regula la suspensión adaptativa y paso de la posición Eco a la Comfort. Hay pocas diferencias. Un toque más me lleva a la Sport. El cambio reduce una marcha, el acelerador se vuelve más sensible y, ahora sí, la suspensión resulta más firme. Hay una cuarta opción, la Sport+. La selecciono.
No parece haber gran diferencia con la Sport, pero debe ser la más indicada para saber de qué va el Clase C. Opto por utilizar el cambio de modo manual y, en cuanto veo alguna zona despejada de tráfico y con cierta visibilidad, aprovecho para hacer que el C250 ‘estire un poquito las piernas’. El motor responde con las ganas que uno espera de sus 211 CV, y lo hace de forma muy progresiva. El cambio actúa con rapidez, aunque no tanta como a mí me gustaría. La dirección permite trazar con precisión cada curva, pero su tacto está más pensado para agradar que para transmitir lo que ocurre entre las ruedas y el asfalto.
El comportamiento, por su parte, es muy bueno. El Mercedes C250 se muestra ágil a la hora de inscribir el morro en las curvas, y el eje posterior es tan noble que parece como si las ruedas traseras estuviesen pegadas con velcro al asfalto. Cualquier intento de hacerlas deslizar acelerando a fondo a la salida de las curvas más lentas suele terminar con un severo correctivo por parte del ESP que lo vuelve a dejar todo en orden. Con todo, y gracias a unos frenos que aguantan bastante bien un trato un tanto exigente, las curvas de la ruta se van sucediendo a un ritmo rápido y con una gran sensación de control y seguridad.
Está claro que el Mercedes C250 va muy bien, y seguro que agradará a sus propietarios, pero creo que yo no estaré entre ellos. No será por su imagen de ‘coche de padre’, sino porque, simplemente, me siguen gustando los vehículos en los que, a veces, pasan cosas cuando los conduces. Es una cuestión de sensaciones, esas mismas que convierten al mero hecho de conducir en una especie de arte. El problema es que, con tanta tecnología como llevan los automóviles actuales, cada vez hay menos ejemplos de coches así, ya sea en Mercedes, en Audi, en BMW y hasta en Porsche… Sí, otra señal inequívoca de que me estoy haciendo mayor.
Mercedes C250 Aut.
Precio: 47.500e aprox.
Motor: 2.0, 4 cil. en línea; 211 CV a 5.500 rpm; 350 Nm de 1.200 a 4.000 rpm. Cambio: 7G-Tronic de doble embrague y siete velocidades.
Tracción: Trasera.
Prestaciones: 0 a 100 km/h en 6,6 seg.;
vel. máx.: 250 km/h.
Consumo: 5,3 l/100 km. Peso: 1.450 kg aprox.
LO MEJOR Y LO PEOR
+ Calidad, comodidad, posibilidades de equipamiento.
– Si buscas deportividad, mejor un BMW Serie 3.