La continuidad del Opel Corsa en la fábrica de Figueruelas, en Zaragoza, ha corrido un serio peligro durante los últimos días. Y es que los trabajadores de dicha planta, representada por diversos sindicatos, y la propia marca alemana, han mantenido un desacuerdo con motivo de la creación del primer convenio desde que el grupo automovilístico francés PSA Peugeot Citroën adquiriese Opel -antes pertenecía a la compañía norteamericana General Motors-.
Acuerdo hasta 2022
Finalmente, y después de doce horas de negociaciones, los sindicatos han anunciado que ambas partes han llegado a un principio de acuerdo durante la jornada de ayer. Este acuerdo estaría vigente hasta el año 2022 e implicaría una congelación de los salarios de los empleados de la fábrica hasta finales de este año, un aumento del IPC en un 50% en 2019 y 2020, y otro del 60% del IPC en 2021 y 2022. Además, se continuará con la contratación de 170 trabajadores temporales, pactada previamente.
Eso sí, este acuerdo estaría ligado al plan que ha trazado PSA Peugeot Citroën para la viabilidad de la factoría zaragozana y a un aumento de la carga de trabajo para los empleados. De esta manera, la planta estaría a plena capacidad de producción, lo que supone una fabricación de aproximadamente 478.000 vehículos al año. Lo que PSA Peugeot Citroën quiere es maximizar la eficiencia de esta fábrica, ya que sus costes laborales son un 17,2% superiores a los de plantas situadas en Portugal o Eslovaquia.
Duras negociaciones
Las dos partes se han referido a las negociaciones llevadas a cabo como “muy duras”. Por su parte, desde PSA Peugeot Citroën se ha señalado que “la negociación ha requerido un gran esfuerzo y entendimiento por ambas partes. El acuerdo alcanzado establece un marco para mejorar la competitividad de la planta, condición indispensable para poder aspirar a nuevas inversiones y modelos dentro del grupo PSA Peugeot Citroën, único camino para mantener el empleo y mirar al futuro”.