Ya lo dice Wayne Griffiths, presidente de ANFAC y SEAT/Cupra: “El año 2024 va a ser complicado. Estamos en un momento donde toca hablar de disrupción más que de transformación”. Claro que yo todavía sigo sin tener claro a que llamamos disrupción salvo esa electrificación que no termina de cuajar y que desde FACONAUTO, en boca de su presidenta, Marta Blázquez, no se espera que eclosione en el año que llama a nuestra puerta, salvo que nuestro Gobierno o CCAA se descuelguen con medidas, éstas sí, rupturistas.
Así, las predicciones en el umbral del millón de unidades para 2024 en nuestro mercado cuando en 2019 estuvimos en 1,2 millones, pues son tristonas y demuestran que el enfermo no goza de buena salud y la medicación electrificada pues ayuda lo justo a la mejoría -del 11,7 por ciento al 12,4 es la subida de coche electrificado BEV+PHEV prevista para el año próximo por FACONAUTO salvo incentivación sorpresa-. Otro alto directivo, en este caso nacional y de una de las marcas que más venden, me dice que “esto empieza a parecerse demasiado a 2007-2008 y la anterior gran crisis”.
Lo que nadie dice públicamente desde el sector es que se confía poco en esta “nueva legislatura” porque finalmente el muro al que se enfrentan sigue siendo básicamente el mismo de los años anteriores. Han cambiado algunos actores que reciben y escuchan al sector con buenas palabras para transmitir después inquietudes y necesidades a quien manda en esta materia -Teresa Ribera, principalmente, y que parece que finalmente no saldrá a Europa en las próximas elecciones-.
Por lo demás, más de lo mismo mientras nuestro parque envejece contaminando, mientras el usuario no puede comprar electrificación, donde hay que dar el salto de vender coches eléctricos a entusiastas para vendérselos a los pragmáticos que confiarán en una nueva tecnología disruptiva siempre que encuentren una movilidad confiable, asequibles y que no le reste confort de uso. A nivel industrial, pues sí, nos seguimos congratulando de ser segundos fabricantes continentales y, ahora, octavos mundiales. Claro que si la apuesta va toda al coche eléctrico y miramos el umbral 2030 y la capacidad de producción de baterías continental, pues España aparece en sexta posición a nivel de GWh, empatada con Suecia.
No hace mucho, un alto directivo nacional, también de una de las marcas que más vende, me decía que le habían pedido desde los cuarteles generales de Europa estudiar la posibilidad de una nueva factoría en nuestro país. Y que su respuesta hacia la central desaconsejaba la implantación aquí. Sobran palabras y faltan hechos, falta seguridad jurídica, falta mercado interno potente, faltan medidas incentivadoras… falta generar confianza en headquarters para nuestro sector. Y el tiempo pasa… Y la lotería productiva de baterías/coches para el “Mister Marshall de ojos rasgados” comienza a repartir premios europeos de diferente cuantía -aquí solo, de momento Envision, aparte de las continentales VW/PowerCo y de Phi4Tech-. El último premio en salir, para el granero continental de GWh a finales de la década, Hungría, donde BYD anuncia planta productiva de coches BEV+PHEV -ojo al PHEV que muchos lo pueden haber matado antes de tiempo-.
Vuelvo a las citas de los que saben… De presidente mundial -Griffiths- a presidente mundial, Stefan Hartung, presidente de Robert Bosch: “2024 será más difícil de lo esperado y 2025 también”. Seguimos y seguiremos coqueteando con una producción mundial de 90 millones cuando en 2017 se rozaron los 100 millones. El crecimiento de la electrificación se va a ralentizar en Europa -Alemania, sobre todo- y veremos cómo cala este mensaje en los países menos avanzados -nosotros- en la materia. De momento, las marcas comienzan a ponerse la venda antes de la pedrada ajustando producciones y matizando fechas de lanzamientos.
En 2023, según PwC, el 34 por ciento de todos los lanzamientos de vehículos experimentaron retrasos en la producción, en comparación con el 5 por ciento en 2018… Un ejemplo significativo: Tesla ha terminado lanzando su Cybertruck, previsto para 2021, en noviembre de 2023. La maquinaria del reloj ya no es tan automática. O quizás sea que todos copian el modelo Tesla que una vez nos comentaba un directivo europeo de la marca diciendo que “en Tesla construimos el avión mientras vuela”.
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