Prueba Polestar 2: nos subimos al coche del que tanta gente habla

Eduardo Alonso
Eduardo Alonso
El Polestar 2 es una berlina eléctrica de tamaño medio. Cuenta con cuatro versiones diferentes y nos hemos montado en la más ambiciosa, que ofrece 476 CV de potencia.

En Autofácil probamos muchos coches a lo largo del año y estamos acostumbrados a que, en algunas ocasiones, seamos objeto de miradas en la calle y en la carretera. Cuando conduces un Lamborghini es de esperar por su espectacularidad, pero cuando llevas un Polestar, que fabrica automóviles de alta gama pero de compra relativamente asumible, es más bien por lo insólito que es. Y es que, si a la mayoría de la gente le dicen ‘Polestar’, ¿lo asocia a una marca de coches?

Posicionemos Polestar: ¿qué es?

Polestar es una marca perteneciente a Volvo y su producción es 100% eléctrica. Su primer modelo, el Polestar 1 de 2018, era híbrido, pero el 2 y el 3 que actualmente comercializa, al igual que los que están por venir, son 100% eléctricos. El Polestar 2 es un coche basado en la plataforma CMA, compartida con los Volvo C40 y XC40, con algunos modelos de Geely y hasta con los Lynk&Co.

El Polestar 2 mide 4,61 metros de largo, lo que le posiciona como el heredero moderno del ya descatalogado Volvo S40. Dispone de un maletero principal de 405 litros (con doble fondo extra) que se complementa con un receptáculo delantero de 41 litros adicionales. El diseño de la carrocería, que es de cinco puertas, es inconfundiblemente Volvo. Los principales rivales del Polestar 2 son, a nuestro modo de ver, el BMW i4 y el Tesla Model 3.

La gama Polestar 2 acaba de ser renovada y se sigue componiendo de cuatro versiones, pero ahora son mejores en términos de potencia, manejabilidad y autonomía. La de acceso tiene ahora un motor de 272 CV y una batería de 69 kWh brutos. Por encima se halla una versión de 299 CV y batería de 82 kWh. En estos dos, además, con la renovación de gama el motor pasa de la parte delantera a la trasera, por lo que ahora el Polestar 2 es de propulsión trasera y no de tracción delantera.

Polestar 2 Performance Pack

Más por encima hay dos variantes bimotor (es decir, con un motor por eje) que conservan la batería de 82 kWh de este último: una con 421 CV y esta de 476 CV, que se apellida Performance Pack.

Cómo es por dentro el Polestar 2

El interior también se parece muchísimo al de los Volvo, aunque en el Polestar es todo más minimalista. De hecho, no tiene ni botón de puesta en marcha. Para arrancar, simplemente conectas la D o la R y aceleras. Para apagarlo, pulsas la P y te bajas del vehículo. Ese minimalismo se refleja en todo el interior, pues prácticamente todo se maneja desde la pantalla central, que es de 11″ y va en posición vertical.

Polestar 2 Performance Pack salpicadero

Lo bueno de esta pantalla, al menos a mi modo de ver, es que emplea el sistema operativo Android Automotive, por lo que su manejo es relativamente similar al de una tablet con Android. Esto implica que tiene Google Maps como navegador, lo cual veo como otro punto positivo ya que mucha gente está familiarizado con él. Ojo, que también tiene sus cosas malas, como que no pueda sincronizarse con un smartphone. Hay tanto en lo que indagar que, al principio, puede parecer un sistema algo confuso, pero en realidad te haces rápido a su funcionamiento.

Por lo demás, el espacio interior cumple sin destacar, es decir, es el esperado para una berlina de su tamaño. Sí que sobresale en cuanto a calidad de acabados, apreciándose bastante detalle en todos ellos. Trasmite solidez y todos los materiales son agradables al tacto, también los tejidos de los asientos, que por cierto van anclados muy abajo favoreciendo una fantástica postura de conducción. Por contra, no es que la luminosidad interior sea uno de sus puntos fuertes.

Polestar 2 Performance Pack asientos

Esto último puede solucionarse con el techo panorámico, que por 4.500 euros viene incluido en un paquete opcional que también aporta un equipo de sonido Harman Kardon, tapicería de piel vegana, cargador inalámbrico para smartphone, calefacción en asientos y volante o cámaras 360º, entre otras cosas. Ese techo no tiene cortinilla, por cierto, aunque sí existe como accesorio opcional.

Cómo va el Polestar 2

Con 476 CV ‘eléctricos’, como te puedes imaginar la aceleración es muy contundente y también violenta si haces kick-down desde baja velocidad. El Polestar 2 Performance Pack logra pasar de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos. De todos modos, me parece justo apuntar que el comprador no adquiere 476 CV constantes, sino momentáneos. Me explico.

Los 476 CV son la suma de la aportación de los dos motores, pero sólo se liberan con la batería por encima del 70% de su carga. Entre el 40% y el 70% esa potencia se ve limitada, aunque no sabemos cuánto porque la marca no lo dice. Por debajo del 40% la potencia máxima es idéntica a la del Polestar 2 ‘no Performance Pack’, es decir, 421 CV.

Polestar 2 Performance Pack

Corre de sobra, sí, pero la gran aportación del Performance Pack se halla en el chasis, que recibe unos tremendos frenos Brembo y una suspensión Öhlins ajustable manualmente en hasta 21 posiciones de compresión y rebote, aunque hay 5 recomendadas por la marca. Eso de que sea ajustable manualmente quiere decir que no se hace a través de la pantalla, sino de manera mecánica desde fuera del coche.

Lo bueno de una suspensión ajustable manualmente, como la de un coche de carreras, es que se puede ser mucho más preciso en el ajuste, pues permite muchas más configuraciones y con muchos más matices diferentes entre sí. Lo malo que tiene es que configurarla es mucho más engorroso. Para ajustar la delantera tienes que tirarte al suelo y hacerlo desde abajo, aunque también puedes levantar el coche con un gato. Para configurar la trasera necesitas retirar parte del guarnecido del maletero.

Mola mucho y le da un plus para uso en circuito (territorio quizá poco amigo de los eléctricos), pero tienes que tener el culo muy fino para saber configurarla con sentido. Para el 99% de los conductores es más práctica, aunque mucho más limitada, una suspensión de ajuste electrónico.

Polestar 2 Performance Pack maletero delantero

El Polestar 2 Performance Pack no es un coche deportivo, pero sí marcadamente lúdico para tratarse de una berlina eléctrica, más ahora que, con la renovación de gama, el motor trasero adquiere mayor protagonismo que antes. La mencionada suspensión aporta mucho de cara a la efectividad y el entretenimiento, favoreciendo la reactividad del coche y beneficiando movimientos ágiles y precisos. No sabemos cómo irá el Polestar 2 sin esta suspensión, pero pronto lo sabremos porque ya tenemos encargada una prueba de una versión más modesta.

Ah, por cierto, el control de mantenimiento de carril tiene memoria, es decir, si lo desconectas, permanece desconectado cuando aparcas el coche y lo vuelves a coger en otro momento, lo cual agradecemos enormemente.

Los frenos, por su parte, no sólo son potentes y resistentes, sino que ofrecen un tacto sensacional si tenemos en cuenta que esto es un coche eléctrico y que, por tanto, también dispone de frenada regenerativa (ajustable en tres niveles, por cierto, siendo uno de ellos One Pedal).

Polestar 2 Performance Pack frenos

Por supuesto que no todo es bueno. Por un lado, la dirección no tiene el foco tan puesto en las sensaciones como los frenos y la suspensión. Es precisa pero algo blanda y nada informativa, algo normal en un eléctrico. Aparte, el consumo de electricidad no es bajo, moviéndose en uso real entre los 22 y los 24 kWh/100 km.

A poco que busques disfrutar de las buenas cualidades deportivas del Polestar 2, entonces verás esa cifra de consumo crecer como la espuma. Gasta un poco más que un Tesla Model 3 y que un BMW i4 M50. La batería admite cargas a 11 kW de potencia en corriente alterna y a 205 kW en continua.

Cuánto cuesta y dónde comprar el Polestar 2

Sólo hay dos concesionarios Polestar en España, aunque la marca los denomina Spaces. Uno está en Madrid y el otro en Barcelona. De todos modos, los Polestar pueden comprarse online por medio de su portal web. El precio del Polestar 2 parte de 51.690 euros para la versión básica, mientras que la más equilibrada, que es la de un solo motor y batería grande, sale por 55.600 euros, sobreprecio sin duda recomendable.

Polestar 2 Performance Pack

Este Performance Pack sale por 65.400 euros, lo que son 6.000 euros más de lo que vale el Polestar 2 de 421 CV. ¿Justificable? Sí por el equipamiento que incluye a nivel de frenos y suspensión; no porque, en condiciones reales, en pocas ocasiones podrás explotar las prestaciones de esos elementos Brembo y Öhlins.

De todos modos hablamos de un coche eléctrico, en el que la autonomía, derivada directamente del consumo, es el aspecto más crucial. Y de eso se deduce que la versión más aconsejable es, como decíamos antes, la de 299 CV y un sólo motor, que anuncia 635 km por carga. Ahora hemos probado el Polestar 2 ‘atómico’. La semana que viene te contaremos cómo va esa versión más sensata.

 

Polestar 2

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