De un tiempo a esta parte no es buena época para las berlinas, eclipsadas por nuevos segmentos. Aunque en el caso del Audi A6, que se puede catalogar como una berlina de semi-lujo, la cosa pinta mejor porque es una clase de automóvil que sigue teniendo su público. Más jod*** lo tiene el segmento del A4 que el del A6, de hecho.
Pero bueno, el caso es que el Audi A6 es casi una institución en el segmento de las berlinas de alta gama. Su historia se remonta a 1994 y a 1990 si tenemos en cuenta a la última generación del Audi 100, que fue renombrada como Audi A6 en 1994. Desde entonces, generación tras generación siempre ha sido una referencia difícil de batir en muchos apartados.

Esta generación del A6 fue presentada en 2018, si bien ha recibido algunas evoluciones en todo este tiempo, como la incorporación de motorizaciones híbridas enchufables. Hay dos y conviven en una gama en la que también hay clásicas alternativas gasolina y diésel.
Las enchufables se llaman 50 TFSIe y 55 TFSIe y se diferencian en aspectos estéticos y técnicos, estando una de las principales diferencias en la potencia que anuncian: 299 y 367 CV respectivamente.

Bien, la versión que tenemos aquí hoy es la 55 TFSIe. ¿Qué esconde? Pues un motor 2.0 TFSI de 265 CV que se asocia a un propulsor eléctrico de 143 CV, a una transmisión automática de doble embrague y siete velocidades y a una batería de iones de litio con 17,9 kWh de capacidad (14,4 kWh son los utilizables).
Ese conjunto permite acelerar de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos y enseguida te das cuenta de lo que corre, puesto que además la respuesta al acelerador no es nada tardía y la parte térmica estira con energía. No tiene la rabia que quizá te esperas de un coche que no está lejos de los 400 CV, pero es asombrosamente veloz y le sobra fuerza en cualquier rango de revoluciones.

Sin embargo el mayor atractivo de esta versión se halla en la parte eléctrica que le brinda la etiqueta CERO. Anuncia 68 km de autonomía eléctrica y, en condiciones normales, aunque dependiendo de la clase de conducción y del tipo de recorrido, se pueden llegar a hacer unos 55 km con suma facilidad, suficientes para el día a día.
En carretera y autopista no gasta tan poco como un diésel, no en vano tienes ahí el motor de un Audi S3, aunque con algunos caballos menos. Pero puedes viajar a ritmo legal con un consumo en pantalla de 8,0 L/100 km, o incluso algo menos, que de nuevo está muy bien.
Audi A6: así es por dentro
Calidad, calidad y calidad. Lo bien hecho que está este coche es digno de admirar. No verás absolutamente nada cuestionablemente rematado. Además, todo está en su sitio y es muy fácil hacerse al control y manejo de todos los mandos y funciones.
Hay una doble pantalla en la consola central, la superior para el sistema multimedia y la inferior para otras funciones, pero sobre todo para la climatización. Ambas son intuitivas y más agradables de utilizar que una pantalla táctil convencional, puesto que estas tienen respuesta háptica.

Por supuesto la habitabilidad es muy buena y detrás dos personas pueden viajar con absoluto confort. Hablamos de una berlina de corte clásico y 4,94 metros de largo, no olvidemos.
Lo malo está en el maletero. Este coche se erige sobre la plataforma MLB EVO y eso repercute en que no hay hueco para colocar una batería de alta tensión tan grande como la que lleva este A6. Por eso se ha alojado bajo el piso del maletero, impecablemente integrada eso sí, pero restando bastante altura al mismo y, en consecuencia, unos cuantos litros: pasa de 530 a 360 litros. En su defensa hay que decir que presenta formas muy aprovechables, eso sí.
La parte mala: sacar la tarjeta
Esto es todo un cochazo. Lo he disfrutado durante una semana y he quedado plenamente satisfecho con el resultado que ofrece. Pero claro, si el Audi A6 ya de por sí es un automóvil para clase más alta que media, si hablamos de la versión 55 TFSIe la cosa se agrava.


Se asocia al acabado Competition, el más equipado y deportivo por debajo del S6. Para empezar a hablar hay que aflojar 85.980 euros, y digo empezar a hablar porque, aunque el equipamiento que trae de serie es muy amplio, hay tantos opcionales y tantas posibilidades de personalización (pinturas, tapicerías…) que, a poco que eches un rato configurándolo, te plantas cerca de las seis cifras. Pero bueno, es que es un coche de altísimo nivel, reitero.
En cualquier caso hay que romper una lanza en favor de las berlinas, de los clásicos sedanes de toda la vida. Si son de calidad, no hay coche más cómodo, no hay coche con más clase y, en definitiva, no hay mejor coche para viajar. Si encima tiene etiqueta CERO y puede moverse en modo eléctrico algunos kilómetros…
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