El Audi TT Roadster es un biplaza de 4,19 metros de largo derivado directamente del TT Coupé. Como éste, emplea la plataforma MQB del Grupo Volkswagen, la misma que ya emplean los Audi A3, VW Golf, Seat León, Skoda Octavia… Eso sí, hay que matizar que, en el caso concreto el TT, se emplea la variante con la sofisticada suspensión trasera de tipo multibrazo en lugar de la más sencilla de brazos tirados que se emplea en las versiones menos potentes del Seat León o el VW Golf, por ejemplo.
Frente al Audi TT Coupé, el Audi TT Roadster cuenta con un techo de lona de accionamiento eléctrico que, debido al espacio que ocupa cuando se descapota, obliga a prescindir de las dos pequeñas plazas traseras que sí tiene la versión Coupé –aunque, en realidad, ofrecen tan poco espacio que sirven más para dejar cosas que para transportar personas, incluso niños-. Este techo, que se puede adquirir en tonos negro, beige y gris, tiene un peso de 39 kilos, que son tres menos de los que pesaba en su antecesor. Emplea sólo 10 segundos en plegarse y desplegarse, y el sistema se puede accionar hasta los 50 km/h. Para evitar problemas de rigidez, el Audi TT Roadster cuenta con numerosos refuerzos en el chasis que le hacen ser 90 kilos más pesado que el Audi TT Coupé.
Según Audi, la elección de un techo de lona en lugar de uno duro responde a varias razones. La primera, por mantenerse fieles al techo de lona de los anteriores TT. La segunda, pos su mayor sencillez de construcción. La tercera, porque un techo de lona es más ligero que uno rígido, yeso tiene dos beneficios: el peso total del coche es más bajo y el centro de gravedad no sube tanto –hay que tener en cuenta que el techo queda plagado a la altura de los hombros del conductor-, dos razones que afectan directamente al comportamiento en curva.
El Audi Roadster por dentro
El interior sigue destacando por su excelente calidad de acabados, por la curiosa disposición de los mandos del climatizador –incrustados en las propias salidas de are- y por la espectacular pantalla en color que ocupa el lugar de la instrumentación y que permite que el conductor pueda personalizarla a su antojo.
Estas peculiaridades hacen que el puesto de conducción requiera un mínimo período de adaptación por parte del conductor quien, por otro lado, se encontrará con una postura al volante muy deportiva gracias a que el asiento puede ir colocado casi a ras de suelo, de manera que las piernas van muy estiradas, y el volante, en una posición muy vertical.
Además de perder dos plazas y 25 litros de maletero –tiene 280, que no está mal– frente al Coupé, el interior del Audi TT Roadster también ofrecerá la posibilidad de incluir un sistema de ventilación que expulsa aire caliente sobre la nuca, una opción muy agradable a la hora de circular descapotado en días con una temperatura un tanto baja. Esta opción, de la que aún no hay precio, estará asociada a la inclusión de unos asientos deportivos que, en nuestra prueba, han destacado por su comodidad y su sujeción en curva.
A tener en cuenta
Hay varios aspectos especialmente críticos a la hora de crear un cabrio que deriva de un coupé. Uno es la rigidez. En nuestra primera toma de contacto con el coche, no hemos apreciado problemas en este sentido, y el coche se muestra bastante sólido incluso cuando se circula deprisa por carreteras reviradas y con bastantes baches. La otra es el aumento de peso. Sí que existe, pues no en vano la diferencia es de 90 kilos, pero la sensación, al menos tras probar un 2.0 TFSI S-Tronic, es la de llevar un modelo que pesa menos de los 1.425 kilos que indica la ficha técnica.
Otro apartado es la insonorización. El día de esta primera toma de contacto era especialmente ventoso, por lo que no podemos analizar este punto con subjetividad. Aún así, la sensación es de que, para las fuertes rachas de viento que había, el resultado conseguido era muy bueno.
El Audi TT Roadster en marcha
Por lo demás, el comportamiento de este TT es muy bueno. La suspensión tiene un tarado firme, algo que permite contener muy bien el balanceo de la carrocería y que ayuda a que el eje delantero cambie de dirección con mucha rapidez. Por su parte, el eje trasero se muestra más ágil y con unas reacciones más vivas que, por ejemplo, en un A3. Aún así, controlar sus reacciones al límite es bastante sencillo, y el ESP puede suponer una ayuda importante –si no definitiva- para manos poco experimentadas.
El motor, un 2.0 TFSI de 230 CV, impresiona por su empuje. Responde con tal contundencia que da la sensación de ser bastante más potente, y lo hace con tal progresividad que casi hace dudar sobre su conducción de motor turbo. Además, suena bien y su consumo, que en teoría es de 6,5 l/100 km de media, no es disparado.
Nuestra unidad contaba con un cambio S-Tronic –es decir, automático secuencial DSG de seis velocidades- que, como es habitual, impresiona por la suavidad con la cambia y la inmediatez con la que pasa de una marcha a otra.
Fotos del Audi TT Roadster 2015
Precios de la gama Audi TT Roadster 2015
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Audi TT Roadster TDI 184 45.850€
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Audi TT Roadster 2.0 TFSI 230 44.650€
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Audi TT Roadster 2.0 TFSI S-Tronic 230 47.290€
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Audi TT Roadster 2.0 TFSI Quattro S-Tronic 230 50.340€
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Audi TTS Roadster Quattro310 62.580€
Vídeos del Audi TT Roadster 2015
Audi TT Roadster 2015 vistazo exterior e interior | Capota eléctrica Audi TT Roadster 2015 |