Yo te voy a ser sincero. Me dolería gastarme 46.990 euros en un automóvil de una nueva marca china, por mucho que en Ebro tengamos cierto aprecio. Eso desde fuera. Luego, una vez probado, tampoco me lo compraría yo personalmente, pero entiendo perfectamente a quienes sí. Voy a desarrollar esto.
El Ebro s800 es el SUV de más alta gama de la renacida Ebro. Ya lo probamos hace no mucho en su versión de gasolina y ahora nos hemos puesto al volante de la híbrida enchufable, que equipa los mismos elementos que el Ebro s700 PHEV también testeado recientemente.

De modo que lo que se aloja bajo el capó del Ebro s800 PHEV es un motor 1.5 turbo de gasolina de 143 CV. Pero este no es el principal. El principal es uno eléctrico, con 204 CV, que es el que carga con la mayor parte del trabajo del impulso de las ruedas.
Hay un segundo motor eléctrico que genera electricidad, mismo cometido que tiene el bloque de gasolina, aunque también puede impulsar las ruedas en fase de aceleración, de modo que aquí hablamos de un híbrido que funciona tanto en serie como en paralelo. Y hay una transmisión directa, de una única relación, sin marchas.

Es sobre todo por esto último por lo que conducir el Ebro s800 PHEV es poco estimulante. No es un coche para disfrutar manejándolo, sino para desplazarte con mucho confort.
Es el tipo de coche, y aquí está el motivo por el que yo no lo elegiría, para quien el aspecto dinámico le dé igual, pero que sí otorgue importancia al confort, al equipamiento de serie (que es muy completo), a la amplitud interior y a la presencia estética. Para esos, este coche es una gran opción.
Tiene un aspecto potente. Mide 4,72 metros de largo, 1,86 metros de ancho y 1,70 metros de alto. Y cuenta con siete plazas y un maletero que, con las siete en uso, se queda en 177 litros pero que asciende a más de 600 litros con la última fila plegada.


Luego está el asunto de las calidades, que aquí algunas marcas chinas, Ebro incluida, comienza a evidenciar lo poco que se lo curran las clásicas Mercedes o BMW. Es poco discutible: en cuanto a materiales del habitáculo, esto no está peor hecho que un modelo equivalente de las citadas marcas alemanas.
Hay materiales agradables al tacto, buenos ensamblajes y una tapicería de cuero artificial que a mí me resulta muy por encima de lo aceptable. Claro que también hay algunas cosas a mejorar, como un sistema multimedia algo lioso, aunque se ve bien en una pantalla de 15,6″, o el hecho de que no haya apenas botones físicos.
En marcha, pues lo que decíamos antes. Se erige sobre la plataforma T1X del Grupo Chery, que ya de por sí es poco ‘entusiasta’. Si a eso le sumas el kit híbrido de esta versión, te queda un coche muy insípido de conducir pero que, al mismo tiempo, es eficiente si vas tranquilito.
Todo está pensado para conducir relajado, desde la ‘esponjosísima’ suspensión hasta la ultra asistida dirección, que lo es tanto que no percibes en tus manos nada de lo que sucede en el eje delantero. Apuntas con el volante y el coche va en esa dirección, pero vas un poco ‘a ciegas’ informativamente hablando.

Aparte el aislamiento acústico del coche es grande, lo que colabora a que el vehículo transmita entre pocas y ninguna sensaciones. Y para mi gusto tampoco ayuda que el asiento vaya colocado muy alto, lo que repercute en una postura de conducción demasiado elevada.
Pero bueno, el Ebro s800 tiene muy buena pinta así visto desde fuera y desde dentro, las cosas como son, y eso es algo esencial para muchísimo grueso de clientela.
Desconocemos cuál es su potencia máxima conjunta porque Ebro no facilita ese dato, pero sus prestaciones, en base a nuestras pruebas, son simplemente correctas. Anuncia 9,0 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, que cuadran con lo que sentí a sus mandos, y una velocidad máxima que queda limitada a 180 km/h. No es muy rápido, pero tampoco pretende serlo.

La batería es de 18,3 kWh, al igual que en el Ebro s700 PHEV, y anuncia 90 km de autonomía eléctrica que, en la práctica, son algo más de 70 km, o sea que bien. Claro que luego cuando se agota la carga, el consumo de un coche de este tamaño y 1.991 kg no es tan bajo como el de un equivalente de gasóleo.
Luego está el asunto del precio. Este Ebro s800 PHEV sale por 46.990 euros con el acabado Luxury, que viene a tope. Es dinero pero está justificado en términos de equipamiento. En los próximos meses se lanzará una edición un poco más modesta que costará un par de miles de euros menos.
La está liando bien Ebro. Ha sabido caer simpática al público español con su conexión con la mítica Ebro de camiones y tractores del siglo pasado y, aparte, cuenta con una gama que responde a lo que demanda mucho público. Vehículos SUV, bien equipados, amplios y a un precio menor que el de mucha competencia.
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