Varin considera que Peugeot y Citroën deberían ser marcas «fuertes y claramente diferenciadas». Los planes de PSA, ratificados como uno de sus objetivos estratégicos, pasan por convertir Peugeot en una marca un escalón por encima de Citroën en calidad, y con un planteamiento más tradicional en el diseño de coches. Con Peugeot, PSA se centrará en los segmentos que registran mayores beneficios, como los utilitarios con el 208 o los todo camino pequeños con el 2008.
Por su parte, Citroën se dividiría en la gama DS -con una orientación más tecnológica- y los modelos convencionales, que se caracterizarían por su posicionamiento asequible.
Para llevar a cabo los objetivos propuestos, PSA ha realizado una reestructuración de su cúpula directiva: Philippe Varin es el presidente, Jean-Baptiste de Chatillon ocupa el puesto de director financiero, Grégoire Olivier tendrá el cargo de director de Asia y Jean-Christophe Quémard será el director de Programas.
En el último ejercicio, PSA registró un récord de pérdidas, por las que se vio obligada a solicitar un rescate de 7.000 millones de euros al gobierno francés. La empresa francesa firmó un acuerdo con General Motors por el que GM adquirió el 7 % de PSA y ambas colaborarán en el desarrollo de nuevos modelos.