Desde hoy y hasta el domingo 29, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha iniciado una campaña de vigilancia especial en tramos en obras de las carreteras de todo el país en donde tiene competencias. Durante esta semana, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y las policías autonómicas que se sumen a esta campaña, vigilarán especialmente velocidad inadecuada, distracciones y adelantamientos en estos tramos.
El motivo principal es el elevado número de siniestros ligados a trabajos de obras de mantenimiento registrados en 2024. En ellos se produjeron 23 atropellos a operarios que trabajaban o caminaban por la calzada o en sus inmediaciones, a los que se sumaron otros 119 que implicaron a operarios de conservación y mantenimiento que estaban dentro de sus vehículos.
Radares: velocidad en el punto de mira
La vigilancia de la DGT tendrá lugar, sobre todo, en tramos con obras que afecten a la calzada y/o modifiquen el trazado de los carriles, incluidos tramos en túnel. El objetivo es según Tráfico, contribuir a reducir los comportamientos que implican riesgos en esos tramos mientras se conduce, distracciones, adelantamientos y sobre todo velocidad inadecuada.
Las patrullas se moverán allí donde el asfalto cambie su fisonomía: carriles estrechados o desplazados, túneles con cortes parciales, desvíos provisionales y cualquier carril con limitación temporal. Esto implica que ésta se controlará por medio de radares en tramos en obras, bien sean fijos, móviles, Pegasus o incluso de tramo. Y no debemos olvidar que la velocidad máxima en tramos en obras también en autovías puede llegar a los 50 km/h o incluso a los 30, donde circular a 51 km/h ya conlleva pérdida de puntos.
Se hará especial hincapié en el control de la velocidad porque es, según afirma el jefe provincial de Tráfico de Madrid, Cristóbal Cremades, «el factor más influyente en este tipo de accidentes».
Más de 23.000 obras al año
Cada año se llevan a cabo en España cerca de 23.000 obras en carretera, lo que supone miles de incidencias que obligan a cortar carriles, desviar el tráfico o estrechar la calzada. Estos cambios temporales requieren una señalización específica. Encontramos señales de preaviso —que alertan con antelación al conductor— y señales de posición, colocadas junto a la propia obra. Y uno de los momentos más peligrosos para los operarios es cuando se implantan estas señales porque que muchos conductores aún no han adaptado su velocidad cuando se topan con ellas.
La DGT se valdrá de paneles informativos variables para avisar a los conductores, así como de la tecnología gracias a sistemas como el “cono conectado” un dispositivo geolocalizado que emite destellos y activa automáticamente una alerta en el Centro de Gestión de Tráfico-.
