Ruta SEAT por el Parque Nacional de Cabañeros

La naturaleza se abre camino en los Montes de Toledo, donde la raña y la sierra se funden en un ecosistema único de fauna y vegetación abundante. Territorio que recorremos de cabo a rabo con el Seat Ateca para descubrir todos sus secretos.


Seguramente inspirado en sus vivencias juveniles, Garcilaso de la Vega hace referencia a la belleza y al mágico poder de curación del bucólico territorio de Cabañeros:

«El dulce murmurar deste rüido,
el mover de los árboles al viento,
el suave olor del prado florecido
podrían tornar d´enfermo y descontento
cualquier pastor del mundo alegre y sano»

Bien podría guiarnos el guerrero poeta por este entorno donde la sierra se funde con la raña y la naturaleza es la norma. Un espacio en bruto, poblado de encinas y alcornoques, habitado por buitres y ciervos, desconocido para la mayoría y, quizás precisamente por ese halo de lugar ignoto, sobrecogedor y magnífico.

Cabañeros, dicen, es a la Península Ibérica lo que el Serengueti al África oriental y nuestra ruta con el Seat Ateca para descubrir este paraje comienza oteándolo desde la altura en el mirador de la Torre de Abraham, atalaya situada sobre el pantano al que da nombre. Desde este punto tenemos una buena panorámica sobre la vertiente norte de los Montes de Toledo y es fácil imaginar por qué los árabes eligieron este enclave para levantar una torre de vigilancia que nueve siglos más tarde aún permanece en pie, marcando la entrada desde el noreste al Parque Nacional.

la raña cabañeros

La estrecha carretera que parte de Pueblonuevo del Bullaque se abre paso hacia el oeste y rodea la zona de especial protección del Parque antes de girar hacia el sur y llevarnos al centro de interpretación de Casa Palillos. Aquí, además de una completa exposición fotográfica de fauna y flora de la zona, encontramos varios miradores sobre la extensa raña de Cabañeros.

Es un lugar clave para acometer senderos a pie o visitas en 4×4, después, claro está, de imbuirnos de la sabiduría de los guías del Parque, quienes además nos permiten jugar al ´Gran Hermano´ con una cigüeña negra, ejemplar de una especie rara, que tienen monitorizada con una pequeña cámara camuflada en su nido. La escena parece sacada de un documental.

Rumbo sur, las cigüeñas nos siguen el paso como si de una comitiva presidencial se tratara. Hacemos un alto para espiarlas, escondidos, desde un observatorio especialmente preparado para la avifauna y tenemos la suerte de asistir a una elegante danza, tanto en aire como en tierra, acompañada de un concierto de crotoreos.

cabañeros

Llegamos al pueblo de Santa Quiteria; pequeña y tranquila población congelada en el tiempo que vive principalmente de la ganadería, la agricultura y, en menor medida, el turismo. Aquí, en el restaurante El Cazador podemos disfrutar de una buena comida tradicional, después de una de toda una mañana de travesía por la raña.

El Parque de Cabañeros está formado por un 55 % de suelo público y un 45 % de fincas privadas. Esto le otorga una distribución peculiar, con tránsito autorizado por algunas de las pistas que sirven de acceso a estas fincas. Son caminos de tierra normalmente bien trazados por los que nuestro SEAT Ateca FR 4Drive se desenvuelve con soltura.

La carretera CM-4106, en dirección a Horcajo de los Montes, atraviesa la población de Alcoba, donde vale la pena hacer una parada en el Museo Etnográfico del Pastoreo, donde, además de la reproducción de una cabaña de pastores y carboneros, con todos sus aperos, podremos visitar una interesante exposición de utensilios para el trabajo en el campo.

En Horcajo de los Montes, el principal centro de interpretación del Parque nos ofrece una vista general de Cabañeros. Es, sin duda, uno de los centros más completos y modernos, con fantásticas recreaciones de los diferentes ecosistemas, y explicaciones y audiovisuales de gran calidad.

También desde aquí arrancan varios de los senderos autoguiados, así como diferentes rutas en 4×4 que profundizan en la parte media de la sierra. Pero antes de seguir camino deberíamos hacer una parada en la quesería artesana Valdehornos, donde elaboran quesos, a base de leche de sus propias cabras, con cinco premios en el certamen internacional World Cheese Awards.

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Ahora sí, la carretera CM-4017, entre Horcajo de los Montes y Retuerta del Bullaque, nos conduce hacia el mismo corazón de Cabañeros. Pero, atención: si hacemos este recorrido de noche, deberemos circular muy despacio y prestando muchísima atención. El cruce de animales está casi asegurado. En los 30 km que separan las dos poblaciones, solo media hora después de la puesta de sol, pasaron ante nuestros ojos dos ciervos, un zorro y una familia de jabalíes. En más de un caso, la potente frenada del Ateca resultó providencial.

A lo largo del camino proliferan las invitaciones a calzarse las botas y adentrarnos en el bosque por sugerentes senderos que parten desde apartaderos estratégicos con capacidad para varios coches.

Una vez atravesado Cabañeros, comenzamos a bordear el Parque por el norte en dirección a Navas de Estena. Y en este tramo, como disponemos de un SUV, nos animamos a recorrer alguna de las pistas que discurren paralelas a la carretera y se acercan a la zona de bosque.

Desde este pueblo comienza el sendero del Boquerón de Estena, uno de los más interesantes del Parque, que se adentra en el bosque y termina al llegar al lugar que da nombre a la ruta: una grieta de unos 10 metros de altura sobre la pared del monte. El camino nos sumerge en el antiguo mar que cubría la práctica totalidad de la Península Ibérica en la era paleozoica. Numerosos fósiles dan fe de la vida que poblaba la región; algunos de ellos, como el gusano marino gigante, no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.

Seguimos descubriendo otras maravillas de Cabañeros a medida que ganamos altura y el bosque empieza a perder densidad. La subida de la CM-4153, cambia la perspectiva que hasta ahora teníamos del Parque: desde aquí se aprecia la extensión y altura del bosque mediterráneo, que en primavera cubre con su manto verde los Montes de Toledo. El camino sigue por la CM-4157 hacia el sur, pero merece la pena avanzar unos metros en dirección contraria, para contemplar el muro natural del Risco de las Paradas, abrupta pared de roca granítica que la erosión de milenios ha convertido en estas curiosas formaciones geológicas.

Encaramos la parte final del recorrido por una carretera estrecha que parece desaparecer por momentos en la frondosidad del bosque. Y es que este tramo atraviesa, literalmente, una selva. Una zona en la que debemos extremar la atención pues a la estrechez de la calzada se suma la sucesión de curvas y contracurvas, que, si bien permiten disfrutar del placer de conducir y del excelente aplomo del Ateca, también limitan la visibilidad.

La tarde empieza a caer y la luz sesgada a través de las encinas, abedules y alcornoques no hace más que aumentar el misticismo que rodea estos bosques. Al cruzar el cauce de un torrente, aparecen ante nosotros las ruinas fantasmales de una antigua central eléctrica de principios del pasado siglo. Todavía conserva casi intacto el generador y los indicadores de voltaje y presión de agua. Esta instalación seguramente daba servicio a más de una ganadería de las muchas que se encuentran en las grandes fincas de Cabañeros, y quedaría en desuso cuando la la red eléctrica llegó a esta zona en el último cuarto del siglo.

Nada más salir del bosque y encarar de nuevo la raña, una construcción con forma de cortijo nos llama la atención. Se trata la casa en la que viven en comunidad todos los guardas forestales de Cabañeros; cada familia habita un ala del edificio y comparten patio y huerta. Una charla con ellos nos confirma algo que ya sospechábamos, pero que no deja de ser extraño: el Parque Nacional de Cabañeros es el que menos visitantes recibe de los 15 que forman la red de Parques Nacionales. Quizás sea esa la razón por la que en este singular paraje la naturaleza es dueña de todo… y de todos.

SEAT Ateca FR 2.0 TDI 4DRIVE

36.730 € Tracción total 4Drive 150 CV Cambio man. 6 vel.

Para disfrutar de nuestra ruta por el Parque Nacional de Cabañeros, hemos contado con la ayuda del SEAT Ateca FR 2.0 TDI 150 4Drive, sin duda una de las versiones más apetecibles de la completa gama Ateca.
El acabado FR le otorga un aspecto más deportivo, además de incluir un ajuste de la suspensión mas firme que convierte al SUV de SEAT en uno de los modelos más destacados del segmento en el apartado dinámico.
Por si fuera poco, la tracción total 4Drive de Seat también supone un plus de agarre en pistas de tierra o sobre nieve y también cuando aparece la lluvia o circulamos por carreteras en mal estado.
En cuanto al motor, el 2.0 TDI de 150 CV mueve con soltura a este Ateca, permitiendo acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 9 segundos. Además, tener una respuesta tan contundente desde muy bajas revoluciones supone otra ventaja: basta una ligera presión sobre el pedal del acelerador para mantener un ritmo normal con un consumo medio de 5,1 litros cada 100 kilómetros, una cifra más que razonable para tratarse de un SUV.
Todas estas virtudes convierten a nuestro Ateca FR en un coche especialmente indicado para viajar y realizar excursiones por el campo con la familia, pues es también uno de los modelos con mejor habitabilidad de su segmento y cuenta con un buen maletero de 485 litros..

seat ateca 4drive

Mapa de la ruta SEAT por el Parque Nacional de Cabañeros

mapa pn cabañeros
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Distancia: 221 km
Dejando atrás los Centros de Torre de Abraham y Casa Palillos, la ruta busca carreteras serpenteantes de conducción divertida y amplios paisajes hasta Horcajo de los Montes, verdadero ombligo de Cabañeros. Aquí comienza la aventura de atravesar el Parque Nacional en un precioso recorrido de ida y vuelta por la raña y el bosque mediterráneo..

Ruta Seat por el Parque Nacional de Cabañeros

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