P. N. del Teide. Un paseo por las nubes

Auténtico museo de vulcanología al aire libre, según su director, el parque tinerfeño es el más visitado de España. Los Roques de García y el volcán Teide son solo dos ejemplos de un espacio que rebosa atractivos. Pocas experiencias hay más impresionantes que emerger de un mar de nubes y encontrarse de repente con la […]


Auténtico museo de vulcanología al aire libre, según su director, el parque tinerfeño es el más visitado de España. Los Roques de García y el volcán Teide son solo dos ejemplos de un espacio que rebosa atractivos.

Pocas experiencias hay más impresionantes que emerger de un mar de nubes y encontrarse de repente con la presencia majestuosa de un volcán recortado contra el azul intenso del cielo. Manuel Durbán, director-conservador del Parque Nacional del Teide, aún recuerda como uno de los momentos más sobrecogedores de su vida aquel, en 1985, cuando atravesó “una lámina de nubes blancas” y vio por primera vez ese paisaje singular. “Quien no lo haya podido disfrutar se ha perdido algo importante en esta vida”, asegura rotundamente este castellonense que lleva ya más de 30 años en Canarias y no tiene ninguna intención de cambiarlo por nada.

PN Teide

Durbán se refiere con entusiasmo al Teide como “un verdadero museo de vulcanología al aire libre en un área de dimensiones relativamente reducidas”. Elevándose a 3.718 metros sobre el nivel del mar, pero a más de 7.000 m sobre el fondo marino, este gigante de lava es la tercera estructura volcánica más grande del mundo, después del Mauna Kea y el Mauna Loa, ambas en Hawái.

A diferencia de estos volcanes, mucho más jóvenes, nuestro Teide exhibe unos materiales más evolucionados y toda la variedad conocida de formas y estructuras volcánicas: “estratovolcanes, calderas, coladas, volcanes monogénicos y erupciones de piroclastos” que conforman un cuadro “completamente inusual, sobre todo para europeos y españoles, que son los principales visitantes del parque”.

Los valores geológicos y paisajísticos del Teide, incluidos en la Lista de Bienes Naturales Patrimonio Mundial de la Unesco, atraen cada año a 4,3 millones de personas. Ser el parque nacional más visitado de España plantea el reto de conservar su fenomenal biodiversidad al tiempo que se mantiene la calidad de la experiencia de quien llega a Tenerife para conocerlo.

Durbán considera complicado conjugar ambos objetivos. Es consciente de los “muchos intereses turísticos” en juego y de las numerosas carreteras que atraviesan el espacio protegido para facilitar la afluencia de público, pero confía en que la sustitución de vehículos privados por colectivos y los coches eléctricos mejorarán en el futuro la situación. En todo caso, prefiere ver la gestión de las visitas como “una gran oportunidad para concienciar a la gente de la necesidad de conservar la naturaleza”.

Cielos Teide

Los otros desafíos a los que se enfrenta el parque son, según su responsable, la presencia de especies herbívoras introducidas, como el conejo y el muflón, y –mucho más difícil de combatir– el ascenso global de las temperaturas, que afecta con mayor crudeza a un espacio de gran altitud no influenciado por las masas de aire oceánicas y “puede causar problemas graves en determinadas especies endémicas de este lugar, algunas de ellas únicas en el mundo”.

Las 18.990 hectáreas del Parque Nacional del Teide albergan 180 kilómetros de senderos, unos aptos para personas con movilidad reducida y otros de largo recorrido y dificultad alta más propicios para los montañeros experimentados. Para quien no quiera o no pueda realizar un esfuerzo físico intenso, existen 21 miradores a los que se accede con facilidad en coche particular o en guagua y los usuarios de bicicleta tienen a su disposición dos pistas de gran amplitud que unían antiguamente dos poblaciones de la zona.

Con el fin de evitar su masificación, Durbán prefiere no declarar cuál es su rincón predilecto y menos frecuentado del parque. Naturalmente, sabe que “los Roques de García y el volcán en sí son las estrellas del lugar y, por eso, anima a los visitantes “a repartirse y conocer otros sitios igualmente accesibles”.

Es fácil, por ejemplo “acercarse hasta La Fortaleza por un sendero perfectamente transitable” en una ruta que se recorre en apenas dos horas y media. “Se trata de un paraje bastante desconocido, desde el que se contempla un paisaje espléndido y que recibe –bromea el director– solo 80.000 visitantes al año”. Los caminos del sur del parque, como el que conduce al Mirador de Sámara, son otro destino atractivo y menos solicitado por el público.

Ermita NSra de las Nieves Teide

Tal es el tirón turístico del Teide, que la afluencia es semejante durante todo el año, con picos en agosto, Semana Santa y los fines de semana que nieva y los tinerfeños suben en masa al volcán. Durbán aconseja aprovechar los cambios de temporada del turismo centroeuropeo al peninsular –entre finales de mayo y principios de junio o bien a finales de septiembre y comienzos de octubre– para disfrutar de este espacio en relativa soledad. “La primavera es para no perdérsela aquí y trae consigo, entre otros prodigios, la explosión de colores en que consiste la floración de endemismos como el tajinaste rojo y la violeta del Teide.”

Si no hay más remedio que conocer el parque en las épocas en que lo hace todo el mundo, existe la sencilla solución de evitar las horas punta de la mañana. “Entre las once y la una sufrimos sobrecarga. Por las tardes, sin embargo, apenas hay turistas ni caminantes a pesar de ser un momento mágico. Ver atardecer es una maravilla estética. Recomiendo la visita vespertina, especialmente a los españoles, que cenamos más tarde”.

Durbán estudió Ingeniería de Montes en la Politécnica de Madrid antes de recalar en Canarias a mediados de los 80. En 1987 comenzó a trabajar en Parques Nacionales, y durante cinco años fue responsable de La Caldera de Taburiente para, en 1994, hacerse cargo del Teide, del que sigue prendado. “Esta era una tierra que me entusiasmaba. Ahora no quiero cambiarla por ninguna otra. Me siento canario. Tanto la gente como el lugar son magníficos, el parque es una maravilla y para mí es un lujo trabajar aquí a pesar de la dificultad de gestionar un espacio como este”.

Tenerife en su conjunto es, para él, un continente completo, una isla donde conviven “playas donde poder bañarse todo el año, zonas desérticas, parques como el de Anaga con bosques de laurisilva, una corona forestal con unos pinares impresionantes, alta montaña… En el mismo día es posible bañarse en el mar y tocar la nieve en el Teide. Tenerife no se hace pequeña, porque alberga todos los paisajes y todos los climas”.

Alguien que proviene de tierra de arroces y pá-nolí valora particularmente delicias culinarias locales como las papas arrugadas, el conejo en salmorejo y, muy en especial, los quesos canarios, que sitúa “a la altura de los mejores del mundo”. Tiene en alta estima también los vinos de la isla, cuyo especial carácter viene dado por el sustrato volcánico donde se asientan las vides. Y, para quien no pueda permitirse un restaurante con estrellas Michelin, siempre están los populares guachinches para degustar otros platos típicos como las garbanzas, las costillas con papas y el puchero canario.

Teide

Parque Nacional del Teide

  • Declaración: 22 de enero de 1954

  • Superficie: 18.990 hectáreas declaradas Parque Nacional

  • Provincias: Santa Cruz de Tenerife. Isla de Tenerife

  • Reconocimientos: Red Natura 2000 (incl. Z.E.C. y Z.E.P.A.), Diploma Europeo (Consejo de Europa), Bien Natural Patrimonio Mundial (Unesco) el 19 de julio de 2007, Destino Starlight (2013).

  • Principales ecosistemas: Desde el punto de vista geológico, el parque cuenta con una colección única de coladas y conos volcánicos de caprichosas formas y armoniosos colores, a la que hay que añadir una extraordinaria biodiversidad formada por un amplio número de endemismos vegetales –58 de Canarias y 12 del propio parque– y una fauna, especialmente la de invertebrados, de gran interés científico por su exclusividad y características biológicas y ecológicas.

CENTROS DE VISITANTES

  • C. V. Telesforo Bravo.C/ Dr. Sixto Perera Gonzalez, 25. El Mayorazgo, La Orotava. Tel. 922 922 371

  • C. V. El Portillo. Ctra. TF-21, km 32,1. Tel. 922 922 371

  • Museo Etnográfico Juan Évora. Ctra. TF-21, km 53,6(cerca del cruce de Boca Tauce).Tel. 922 922 371

[sf_btn type=»newsletter» txt=»¿Quieres recibir nuestra newsletter?Haz clic aquí» url=»https://news.luike.com/registro-autofacil-luike-news»]

Scroll al inicio