En este momento, casi 8 meses después, la empresa ha afirmado que ha solventado con éxito su proceso de reestructuración y que ha saldado todos sus compromisos. Además, está consiguiendo nuevos inversores, como la empresa Volta Voltare, fabricante estadounidense de aviones eléctricos que tiene su sede en Oregón y con la que parece que habrá una fusión en un futuro próximo.Entre las estrellas de Volta Voltare se encuentra el GT4, un avión eléctrico privado con un chasis de fibra de carbono, una disposición de asientos 2+2 y un motor de 300 cv; ingredientes más que significativos de cara a una futura colaboración y al establecimiento de sinergias entre las marcas, pudiendo extrapolar todos los avances al mundo del automóvil.
Si se da el caso de una cooperación fructífera, los holandeses estarán siguiendo el camino trazado por la Spyker original, fundada por Jacobus y Hendrik-Jan Spyker en 1880 y que también sufrió reveses económicos, aunque en este caso obligaron a su desaparición en 1926. La coincidencia reside en la fabricación de aviones para la Primera Guerra Mundial, de ahí su logo de hélice.
Lo que no queda claro es cuáles serán los planes de Spyker para con su último trabajo, un modelo llamado Spyker B6 Venator que llegó mostrarse a los medios en 2013, ahora que su estrategia comercial dará un pequeño giro.