Las autoridades canadienses investigan un sospechoso pico de ventas de Tesla en enero, que le permitió recibir 43 millones de dólares en subvenciones gubernamentales. Concesionarios y políticos denuncian irregularidades, mientras crece la presión pública contra Elon Musk, cuya impopularidad en el país va en aumento.
Tesla enfrenta un nuevo escándalo en Canadá. La compañía de Elon Musk está siendo investigada por Transport Canada tras conseguir vender 8.600 vehículos en solo tres días, entre el 9 y el 11 de enero, una cifra que muchos consideran inverosímil. Este volumen de ventas supuso el acceso a 43 millones de dólares en ayudas gubernamentales, justo antes de que el país redujera su programa de incentivos para vehículos eléctricos.
La Asociación Canadiense de Concesionarios de Automóviles ha pedido una investigación formal, alegando que Tesla pudo haber explotado el sistema para beneficiarse desproporcionadamente de los subsidios. “Las cifras no cuadran. Un concesionario en Quebec vendió más de 4.000 vehículos ese fin de semana, y otro en Ontario, 1.200 en un solo día. Es difícil de creer”, afirmó un portavoz de la asociación. El colapso de los subsidios afectó a la competencia: más de 220 concesionarios que solicitaron reembolsos por 2.295 vehículos aún no han recibido el dinero. «De alguna manera, Tesla ha manipulado el sistema. Lo que no entendemos es cómo pudo ocurrir esto sin que saltaran las alarmas», declaró Huw Williams, portavoz de la asociación de concesionarios.
Ventas en caída y rechazo a Musk
Paradójicamente, tras este pico de ventas, Tesla ha visto desplomarse su presencia en el mercado canadiense. En enero, las ventas cayeron un 70% en comparación con diciembre, reflejando una tendencia global: en Alemania, el desplome fue del 76%, y en toda Europa, un 45%.
A este problema se suma la creciente animadversión hacia Elon Musk en Canadá. Su cercanía con Donald Trump y su apoyo a la ultraderecha alemana han generado rechazo. Según una encuesta reciente, el 71% de los canadienses apoyan la prohibición de la venta de Tesla en el país. Además, una petición para revocar la ciudadanía canadiense de Musk ha reunido más de 364.000 firmas.
Musk no ha ayudado a calmar la situación. Tras conocer la petición, publicó en X un mensaje provocador: «Canadá no es un país real», que luego eliminó.
Las tensiones han llevado a políticos canadienses a proponer medidas drásticas contra Tesla. Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Democrático, ha sugerido un arancel del 100% a los vehículos de la marca, mientras que la alcaldesa de Toronto estudia excluir a Tesla de los incentivos para taxis eléctricos en la ciudad.
¿Un golpe maestro o una trampa?
La pregunta sigue en el aire: ¿cómo logró Tesla vender miles de coches en tan poco tiempo? ¿Se trata de una jugada astuta para aprovechar los incentivos antes de su desaparición, o de una manipulación para embolsarse 43 millones de dólares de forma indebida? Transport Canada tiene ahora la última palabra. Si se demuestra que Tesla incurrió en irregularidades, podría enfrentarse a sanciones severas en un mercado donde su reputación ya está en caída libre.
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