Los periodistas somos como somos, ya seamos periodistas del motor o de cualquier otro gremio. Y, en ocasiones, muchas veces coincidimos en muchas valoraciones que terminan convirtiéndose en una especie comentario viral en cada una de nuestras pruebas.
Una de ellas es el sistema híbrido de Toyota y su ruido. Como hemos comentado en muchas ocasiones, el actual sistema híbrido de Toyota es la enésima evolución del sistema estrenado por el Prius a finales de los 90, y en muchos aspectos mantiene un funcionamiento muy similar al del Prius de 2004.
Nadie puede discutir que se trata de un sistema muy eficiente y especialmente fiable. Pero sí es cierto que, comparado con otros híbridos, el agrado de conducción no siempre es el mejor. Esto se debe, básicamente, al funcionamiento del sistema híbrido, del motor térmico y al sistema de transmisión. Pero, ¿es tan molesto como para que realmente sea un problema?

Recuerdo que hace unos años, un amigo se compró un Toyota Yaris híbrido de segunda mano. Yo se lo recomendé. Era, y es, el coche que utiliza a diario su mujer para ir a trabajar. Anteriormente tenía un Ford Fiesta 1.6 TDci. Y, nada más sacarlo del concesionario y llegar a casa, lo primero que hicieron fue llamarme: “Miguel, ¿es normal que esto vaya tan revolucionado por carretera?”, me preguntaron sorprendidos, y es que ya les había avisado.
Y sí, es normal. Y sí, a las pocas semanas, nos vimos, le pregunté por el tema… y más allá de lo llamativo que les resultó al principio, conviven con ello sin ningún problema. Es más, lo consideran algo anecdótico, y están encantados con su coche.
Al principio, no te lo esperas
Es verdad que, cuando lo pruebas, llama la atención ese momento en el que vas en eléctrico y, de repente, a poco que aceleres con cierta decisión, el motor térmico entra en funcionamiento de una forma no brusca en cuanto a tirones, pero sí muy sonora, pues arranca y en ocasiones no es que se ponga al ralentí, sino que lo hace a un elevado número de revoluciones.
Además, el hecho de que la caja de cambios tenga una forma de responder comparable a un variador continuo, hace que sea un ruido monótono. Y no, no suena precisamente igual de bien que el V10 de un Fórmula 1 de hace dos décadas…

Sin embargo, el verdadero quid de la cuestión está en nosotros, y no tanto en el coche. Me explico. Imagina que estás durmiendo plácidamente y tu despertador suena a las 6 de la mañana. Basta con que no esté demasiado alto para despertarte. Sin embargo, imagina ahora que estás en una comida en un restaurante a las 3 de la tarde y suena ese mismo despertador a ese mismo volumen. Probablemente, no lo escuches.
Pues eso es lo que ocurre en gran medida con el Toyota: pasas de no escuchar nada, a escuchar el motor muy revolucionado de golpe. Y, lógicamente, eso llama mucho más la atención que si vinieses ya del sonido de un motor arrancado.
Durante muchos años, me he encargado de hacer pruebas de prestaciones, de banco de potencia y de sonoridad a los coches de pruebas que pasaban por Autofácil. Y, con el sonómetro en la mano, el ruido de los Toyota cuando entraba en funcionamiento el motor térmico no es que fuese algo tan exagerado como lo percibía. Sí es más notable en carretera, pero eso también es algo que pasa en otras mecánicas híbridas.
Por tanto, el problema del ruido no es en realidad un problema, por mucho que lo leas en nuestras pruebas. De hecho, y teniendo en cuenta la cantidad de Toyota híbridos que andan circulando por nuestras carreteras, seguro que tienes a algún conocido que tiene uno. Y, cuando le preguntes, seguro que te dice más o menos lo que aquí te he contado.
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