Poco conocida en la España peninsular, la Serie 60 del Toyota Land Cruiser debutó en 1980, solamente un año más tarde que el Range Rover, ofreciendo una alternativa «civilizada» a la más industrial Serie 70. Seis años más tarde, su motor diésel de seis cilindros recibiría un turbocompresor, dando origen al Land Cruiser HJ 61.
Gracias a su motor turbo, este vehículo solventaba un problema endémico de todos los Land Cruiser diésel hasta la fecha: la falta de prestaciones. Esta combinación de motor generoso y amplia carrocería en un vehículo robusto y sólido como pocos permite al HJ 61 moverse con soltura en el tráfico actual.
Los ejes rígidos son. sin duda, su gran baza para salir al campo. Están guiados por unas ballestas con un carácter que mira más hacia el confort que a la capacidad de carga. No son muelles helicoidales como los que sí ofrecía el Range Rover, pero no resultan incómodas.
El propulsor, de cuatro litros y seis cilindros en línea, suena de maravilla, y gracias al turbo y la culata de inyección directa, ofrece potencia y par motor para rodar con soltura en asfalto y trotar por campo con alegría. El consumo no es equiparable a los valores a los que estamos acostumbrados en la actualidad, pero para el peso y el tamaño del vehículo, quedarse en el entorno de los 12 litros cada 100 kilómetros no está nada mal.
Quizás lo que más llama la atención hoy día sean sus suspensiones de ballestas, sistema actualmente en desuso. Como ya hemos dicho, no plantean problemas de cara al confort, y sí que limitan el recorrido potencial de las suspensiones, especialmente en extensión, pero Toyota ya previó una fantástica solución ofreciendo el bloqueo de sus dos diferenciales, una ventaja crucial frente a los Range Rover de la época.
Los frenos cumplen, siempre que entendamos que se trata de un vehículo sin pretensiones deportivas, mientras que su dirección está suficientemente desmultiplicada para afrontar el tráfico urbano o los caminos más enrevesados.
El cambio está bien escalonado, con una desmultiplicación final mayor de lo habitual en la época, ya que permite rodar en quinta velocidad, a 120 km/h, con el motor girando en torno a las 2.500 revoluciones por minuto, que es prácticamente el mismo desarrollo final que encontramos en un mucho más moderno Land Cruiser 120 de 6 velocidades y motor más potente.
Todoterreno de lujo
El espacio interior es amplio para conductor y copiloto, si bien hoy en día echamos de menos los reposacabezas en la segunda fila de asientos. El maletero es más que generoso, especialmente si aprovechamos la altura disponible.
A pesar de moverse bien en tráfico urbano, su tamaño no ayuda, y en campo los espacios abiertos son su elemento, sin que realmente moverse por caminos complicados sea un problema.
En su día era un vehículo para todo, y hoy día lo sigue siendo. Tiene muy poco que envidiar a vehículos más modernos, y en cambio ofrece una imagen imitable de vehículo carismático y exclusivo.
Si tenemos en cuenta que se trata de un todoterreno diseñado hace cerca de 40 años, es admirable comprobar que todavía es un vehículo plenamente vigente. Por supuesto, no cuenta con los gadgets electrónicos, los sistemas de seguridad, el consumo o el nivel de emisiones de los 4×4 modernos, pero sí dispone de recursos de confort como el aire acondicionado o los elevalunas eléctricos. Y ya querrían muchos de sus actuales competidores disfrutar de la solidez y calidad de este auténtico hito en la historia del automóvil en general y del todoterreno en particular.
Mejoras en campo
La serie HJ conjuga perfectamente su carácter de station wagon con unas buenas aptitudes para el campo. Su propulsor turbodiésel es un buen aliado a la hora de superar obstáculos y rodar fuera del asfalto.
Por sus grandes dimensiones, merece una protección de la zona comprendida entre los ejes, y unas ruedas adaptadas al campo para poder desarrollar todo su potencial, que no es poco. Por otra parte, si trabajamos sobre las ballestas para ganar altura y recorrido, podremos disfrutar de unas excelentes aptitudes para rodar fuera del asfalto, siempre que sus generosas dimensiones lo permitan.
Cronología del Toyota Land Cruiser HJ 61
- 1953. Inicio de la fabricación del BJ40
- 1967. Aparece la Serie 50, antecesora de los HJ60
- 1974. Comienza la era diésel en Toyota
- 1981. Se comercializa el primer HJ60
- 1986. El motor diésel recibe una culata de inyección directa y turbo; es el HJ61.
- 1989. Nace la Serie 80, sustituta de la Serie 60
- 1998. Aparece la Serie 100
- 2007. Comienza a venderse la Serie 200 o Land Cruiser V8, actualmente vigente
Ficha técnica del Toyota Land Cruiser HJ 61
MOTOR
Tipo: Diésel, 6 cilindros en línea
Cilindrada: 3.980 cm3
Alimentación: Inyección directa y turbocompresor
Potencia Máxima: 136 CV a 3.500 r.p.m.
Par Máximo: 313 Nm a 1.800 r.p.m.
TRANSMISIÓN
Tracción: Trasera permanente. Conexión del tren delantero, bloqueos y reductora
Cambio: Manual, 5 velocidades.
FRENOS
Delanteros/Traseros: Discos vent. / tambores
DIMENSIONES Y PESOS
Largo / ancho / alto: 4.750 / 1.880 / 1.795 mm
Masa en orden de marcha: 2.085 kg
PRESTACIONES
Velocidad Máxima: 160 km/h
Consumo medio: 11,0 litros/100 km
COTAS
Altura libre (AL) 19 cm
Ángulo de ataque (ºA) 42º
Ángulo de salida (ºS) 24º
Ángulo ventral (ºV) (159º)
Profundidad de vadeo (PV) 75 cm