De este modo, Trump ha comunicado a la firma bávara que si quiere fabricar en México les cobrará unos aranceles del 35%, una amenaza bastante dura como para que BMW opte finalmente por producir sus coches dentro de las fronteras estadounidenses. Es decir, que las ventas de la marca en Estados Unidos descenderían de forma dramática debido a la subida de precio que experimentarían los vehículos para compensar el pago de esa tasa del 35%. Recordemos que BMW tiene planes de construir una planta de fabricación en San Luis de Potosí -México- para elaborar el Serie 3.
Lo cierto es que todo indica que BMW no se acobardará ante las exigencias de Trump y continuará con sus planes de fabricar sus coches en México, ya que la compañía alemana dispone de un tratado de libre comercio con varios países sudamericanos y centroamericanos, lo cual serviría para abaratar enormemente los aranceles derivados de su actividad en esos territorios. No obstante, lo que sí que no está nada claro es que el BMW Serie 3 producido en México vaya a comercializarse en Estados Unidos.
Por su parte, Trump ha dicho que “le diría a BMW que se olvide si quieren construir una fábrica en México y quieren vender coches en Estados Unidos sin una tasa del 35%”. La respuesta de BMW, que actualmente emplea a unas 70.000 personas en Estados Unidos, no se ha hecho esperar: “nos sentimos muy en casa en Estados Unidos”, declararon desde la marca.
