Al igual que ocurrió con la segunda generación del Focus, donde hubo un RS de 305 CV y un RS 500 que se estiró hasta los 350, Ford Performance se estaría planteando exprimir el 2.3 Ecoboost de 350 CV del nuevo Focus RS para la creación de una versión especial en su modelo actual. No obstante, el 4 cilindros no parece fácilmente potenciable, por lo que la marca del óvalo recurriría a otras opciones mecánicas.
De este modo, para mejorar sus prestaciones, incluiría un diferencial delantero eléctrico de deslizamiento limitado y un cambio automático de doble embrague que supliesen a una refrigeración adicional, para la que no hay espacio. Esto le llevaría a una competición directa con otros compactos de altos vuelos, como podrían ser el Mercedes Clase A 45 AMG o el Audi RS 3, frente a los que ofrecería un precio de adquisición notablemente más económico –aunque se especula con una cifra que ronde los 56.500 euros-.
Otro de los factores a modificar sería el peso, que se disminuiría por medio de la reducción de elementos en el habitáculo, una suspensión de aluminio, la utilización de policarbonato en las zonas acristaladas y el uso masivo de fibra de carbono. Todo ello contribuiría en ganarle al menos medio segundo al 0 a 100 km/h –actualmente 4,7-, así como para ofrecer sensaciones aún más radicales al volante, en un modelo que, seguro, llegaría en una tirada limitada.